Durante décadas, los tecnólogos aseguraban que los vehículos autónomos, las computadoras que razonaban como los humanos y los trabajadores robóticos para las fábricas estarían por doquier en poco tiempo y serían mejores que lo anterior. Cuando la visión no ocurre, la decepción nos invade.
Jeff Bezos dijo que drones de Amazon entregarían pasta de dientes y alimento para gatos a las casas estadounidenses dentro de cuatro o cinco años. Eso fue hace casi nueve años. ¡Uy!
Esta semana, Amazon dio a conocer que planeaba comenzar sus primeras entregas con drones en Estados Unidos en algún momento de 2022, tal vez, en una ciudad de California.
Este artículo aborda dos preguntas: ¿por qué todavía no hay entregas con drones? ¿Y son mejores que otras formas de llevar bienes a tu puerta?
La conclusión: en el futuro próximo, las entregas con drones serán prácticas en un número limitado de lugares para una cantidad pequeña de productos bajo ciertas condiciones. Sin embargo, debido a limitantes técnicas y financieras, es poco probable que los drones sean el futuro de la entrega de paquetes a una escala masiva.
Las entregas con drones son una mejora significativa para algunas tareas, como llevar medicinas a personas en áreas remotas. Sin embargo, eso es menos ambicioso que el gran sueño de drones que Bezos y otros presentaron al público.
¿Por qué los drones son tan difíciles?
Las miniaeronaves que operan sin control humano enfrentan dos grandes obstáculos: la tecnología es compleja y los gobiernos han pedido una gran cantidad de trámites burocráticos (a menudo por buenas razones). (En Estados Unidos, los asuntos regulatorios han sido resueltos en gran medida).
Dan Patt, un experimentado ingeniero de drones y un investigador sénior en el grupo de investigación Instituto Hudson, mencionó que él y yo podríamos hacer nuestro propio dron de entrega en una cochera en alrededor de una semana por menos de 5000 dólares. Lo básico no es tan complicado.
No obstante, el mundo real es infinitamente complejo y los drones no pueden lidiar con eso. A velocidades rápidas, los drones deben ser capaces de “ver” con precisión y navegar alrededor de edificios, cables eléctricos, árboles, otras aeronaves y personas antes de aterrizar en el suelo o hacer descender paquetes desde cierta altura. El GPS podría fallar un segundo y causar que el dron se estrellara. Hay poco margen de error.
Patt afirmó: “Resolver la primera parte del problema es muy fácil. Resolver todo el problema para hacer que la entrega con drones sea sólida por completo es muy difícil”.
La estrategia típica de los tecnólogos es pensar en algo más pequeño, lo que significa confinar los drones en entornos relativamente poco complicados. La empresa emergente Zipline se enfocó en usar drones para transportar sangre y suministros médicos a centros de atención en partes algo remotas de Ruanda y Ghana donde conducir en auto era difícil. Un suburbio o ciudad típica es más compleja y las entregas en vehículos son mejores alternativas. (En la ciudad de Lockeford, California, donde Amazon planea sus primeras entregas con drones en Estados Unidos, viven unos cuantos miles de personas en viviendas en gran medida dispersas).
Aun así, es un logro increíble y, con el tiempo, los drones se están volviendo más capaces de hacer entregas en otro tipo de entornos.
Patt comentó que el problema más complicado es que la mayoría de las veces las entregas con drones podrían no tener sentido desde el punto de vista económico. Es barato meter un paquete más en un camión de reparto de UPS. Pero los drones no pueden cargar mucho peso. No pueden hacer muchas paradas en un vuelo. Aún son necesarios personas y vehículos para llevar el alimento para gatos y pasta de dientes adonde despegan los drones.
Patt aseguró: “Pienso que es para mercados pequeños, para conceptos pequeños, usos de nicho durante los próximos diez años. No va a escalar para remplazar nada”. Algunas personas que trabajan en drones son más optimistas que Patt, pero hemos visto que un optimismo similar en otras áreas no es suficiente.
Prometiendo en exceso y entregando menos de lo prometido
Sigo pensando en los paralelismos entre los drones y los vehículos autónomos. Los tecnólogos de los drones me dijeron que, al igual que con los vehículos autónomos, no juzgaron de manera apropiada el reto y sobreestimaron el potencial de los vehículos conducidos por computadoras.
La entrega con drones y los vehículos autónomos confiables son una buena idea, pero es probable que nunca sean tan comunes como los tecnólogos imaginaron.
Seguimos cometiendo los mismos errores con la tecnología automatizada. Durante décadas, los tecnólogos aseguraban que los vehículos autónomos, las computadoras que razonaban como los humanos y los trabajadores robóticos para las fábricas estarían por doquier en poco tiempo y serían mejores que lo anterior. Queremos creerles. Y cuando la visión no ocurre, la decepción nos invade.