El director del PMA de las Naciones Unidas, David Beasley, afirmó que está pidiendo a los líderes de cada país que hagan todo lo que puedan para aumentar la productividad y llamó a “actuar rápido”.
Hambrunas, protestas y migraciones masivas causadas por una crisis de disponibilidad de alimentos es la “catástrofe” que augura el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley, si no se resuelve la actual crisis de precios de los alimentos, que tilda de “tormenta perfecta”.
Beasley, de visita oficial en Ecuador, aseguró en una entrevista con Efe que la apertura de los puertos de Ucrania para exportar sus cereales es “un gran avance”, pero solo es una de las muchas cosas que se deben hacer para evitar que el hambre se extienda globalmente el próximo año por las sequías y los precios de los combustibles y los fertilizantes.
“Si no tenemos apoyo y no hacemos nada más, expandiremos el hambre, la desestabiliziación y la migración masiva. Necesitamos los fondos para hacerlo”, advirtió.
El director del PMA de las Naciones Unidas afirmó que está pidiendo a los líderes de cada país que hagan todo lo que puedan para aumentar la productividad y llamó a “actuar rápido”.
“Poca gente es consciente de que antes de la guerra en Ucrania ya estábamos enfrentando la mayor crisis alimentaria y humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial, con la covid-19, devastación económica alrededor del mundo, un montón de conflictos y el precio de los combustibles al alza”, recordó Beasley.
“Y entonces, cuando pensábamos que no podía ser peor, Ucrania, la canasta alimentaria del mundo, una nación que cultiva suficiente comida como para alimentar a 400 millones de personas, se queda fuera del mercado, en el pico del deterioro económico de la covid-19 y con otros temas como Afganistán, Etiopía, Siria y Yemen…. es una absoluta tormenta perfecta que creó una crisis de proporciones catastróficas”, añadió.
ALIVIO INMEDIATO GRACIAS A ACUERDO
Beasley explicó que, desde el primer día de la invasión de Rusia a Ucrania, solicitó al presidente ruso, Vladímir Putin, no bloquear los puertos ucranianos en el Mar Negro para evitar que se extienda el hambre y haya incluso una declaración de guerra contra la seguridad alimentaria.
Finalmente, la pasada semana se alcanzó un acuerdo para que Rusia permita la exportación de cereales de Ucrania, algo que Beasley afirmó que tendrá un impacto absolutamente positivo y un alivio inmediato en los precios de los alimentos.
Solo el PMA espera movilizar 150.000 toneladas de alimentos desde Ucrania en las dos próximas semanas, pues de ese país procedían el 50 % de las compras hechas por esta agencia de la ONU el año pasado para alimentar a 130 millones de personas en el mundo.
El director del PMA también recordó que, antes de la guerra, Ucrania y Rusia producían conjuntamente trigo para el 30 % de la población mundial, maíz para el 20 % y abastecían entre el 75 % y el 80 % del consumo mundial de girasol.
“Cuando quitas estos productos del mercado, sumado a los fertilizantes, el mercado arrasa con los precios alrededor del mundo y cada país sufre las consecuencias. Estamos en esto juntos y por eso tenemos que presionar para solucionar esta guerra”, apuntó.
CRECE EL HAMBRE
Beasley deseó que el éxito de los primeros embarques de cereales desde Ucrania siga en las próximas semanas y meses, pero insistió en que “todavía tenemos asuntos que abordar como las sequías, los precios de los fertilizantes y la escasez de alimentos”.
Detalló que hace cinco años eran 80 millones las personas con hambruna en el mundo, y ese número se elevó a 135 millones antes de la crisis de la covid-19, pero con la pandemia creció a 276 millones y ahora con la guerra de Ucrania saltó a 345 millones.
“Debemos movernos rápido para solucionar estos problemas y calmar los mercados. De lo contrario, tendremos hambruna, naciones desestabilizadas, migración masiva, y puedo asegurar a cada líder en el mundo que el coste será entonces mil veces más caro que encarar el problema ahora”, agregó.
COMO EL TITANIC ANTE EL ICEBERG
El exgobernador de Carolina del Sur consideró que se puede evitar esta catástrofe si se consiguen los fondos necesarios, como los 5.000 millones de dólares comprometidos por Estados Unidos para luchar contra el hambre en los próximos cinco años.
“El problema es tan grande que no podemos mirar a otro lado. Le estoy diciendo a los líderes que sean estratégicos en la asignación de recursos. Es como el iceberg delante del Titanic. No te preocupes de la botella de vino rota en el bar. Preocúpate de ese iceberg, y ese iceberg es la seguridad alimentaria global”, reiteró Beasley.
“Si podemos poner en la red de seguridad programas para el apoyo a la gente en pobreza, estabilizaremos naciones y evitaremos el hambre. Nunca es tarde, pero al mismo tiempo todos tenemos que ponernos ya en marcha”, concluyó.