El nivel con el que finalizaron la temporada los Golden State Warriors fue excelso. No en vano, acabaron consiguiendo un nuevo anillo para la franquicia contra todas los pronósticos del inicio curso.
En cambio, este año las apuestas deportivas colocan a los de la Bahía como máximos candidatos a repetir título, y, sin duda, viendo el inicio de curso de los de Steve Kerr parecen no equivocarse. Los Golden State Warriors vuelven a ser ese equipo temible de hace algunos años, guiados por el liderazgo del mejor tirador de la historia de la NBA: Stephen Curry.
El playmaker vive una nueva juventud a sus 34 años y eso se traduce en un enorme salto de calidad en todos los sistemas de los Warriors. Curry tiene esa característica no muy repetida de hacer mejor a sus compañeros y generar juego para ellos. Además, se debe sumar la gran virtud de acierto al aro que tiene el natural de Ohio, lo que convierte en uno de los jugadores más determinantes de la competición. Traducido todo este desequilibrio en títulos para un franquicia que llevaba muchas décadas son conocer el sabor de la victoria al más alto nivel en el mejor liga de la canasta del planeta.
Muchos expertos apuntan a que seguir con su hegemonía de los Warriors depende única y exclusivamente de ellos. Poco podrán hacer los rivales si los de San Francisco desarrollan el juego coral que mostraron buena parte de la pasada campaña. Mantener el bloque ha sido todo un acierto de Bob Myers, ya que los jugadores franquicia de los Warriors podrán seguir demostrando su nivel defendiendo los colores de Golden State.
El único factor que puede desequilibrar al roster en un momento dado, es la mala cabeza de un hombre peculiar en lo bueno y lo malo como Draymond Green. El altercado extradeportivo con su compañero Jordan Poole así lo pone de manifiesto. El posterior arrepentimiento del cuatro, parece que ha servido para que las aguas del río vuelvan a su cauce y los Warriors se encuentren centrados exclusivamente en ofrecer su mejor versión dentro de la cancha.
La Conferencia Oeste es por tradición la más competida de la NBA, y llegados los playoffs será complicado ir pasando rondas. Por ello, en el seno de los Warriors está claro que el físico con el que se llegue a la post season debe ser suficiente para aguantar los ritmos frenéticos de las eliminatorias. Se debe aprender de los errores del pasado, puesto que cuando los Golden State Warriors consiguiendo los mejores registros en temporada regular de toda la historia, no los alcanzó para conseguir el anillo.
En definitiva, los Golden State Warriors se postulan como máximos candidatos al título. No tener lesiones de gravedad en los principales argumentos dentro de la pista será fundamental para ello. Si todo el roster está en plenas condiciones físicas será muy difícil que cualquier franquicia pueda derrocarlos en una serie de siete partidos en las eliminatorias por el título.