Si bien los problemas de Crédit Suisse parecen no estar relacionados con la banca estadounidense de medio tamaño, “la combinación de ambas caídas puede ser el catalizador de una reconsideración más amplia de todo el sistema bancario entre los inversores”.
El sector bancario estadounidense volvió este miércoles a los números rojos, con fuertes bajadas en casi todas las entidades, y particularmente en la banca regional, que el pasado lunes resultó la más afectada por el cierre en días previos del Silicon Valley Bank y el Signature Bank.
El breve respiro aportado por las medidas de choque anunciadas por el presidente Joe Biden solo duró un día, y hoy la espectacular caída del histórico Crédit Suisse (que llegó a desplomarse un 23 %) abandonado por sus principales accionistas saudíes ha vuelto a repercutir en este lado del Atlántico.
El sector financiero, que el martes vivió un rebote del 2,19 %, cae a esta hora un 3,09 %, solo superado en las bajadas por el sector energético.
Las caídas de los grandes bancos son generalizadas: JP Morgan pierde un 4,4 %; Goldman Sachs, un 4,76 %; Citigroup, un 4,95 %; Wells Fargo, un 3,29 %, y Bank of America, un 2,16 %.
Empresas financieras no bancarias como American Express (-4,03 %), Travellers (-3,37 %) y Visa (-1,08 %) no escapan esta mañana a los temores entre los inversores, que por lo demás se contagian también a la mayoría de sectores y empresas en una mañana depresiva en Wall Street.
Peor aún le iba a la banca regional, protagonista el lunes de enormes caídas: First Republic caía por debajo del 13 % después de ver su calificación degradada por S&P, y PacWest Bancorp lo hacía por debajo del 14 %.
The Wall Street Journal titula hoy que “el caos de los bancos regionales proyecta nubes sobre los mercados”, y apunta que el principal indicio se produjo ayer, cuando Moody´s colocó a seis bancos bajo revisión para rebajar su calificación y subrayó que las condiciones de financiamiento son extremadamente volátiles.
Si bien los problemas de Crédit Suisse parecen no estar relacionados con la banca estadounidense de medio tamaño, “la combinación de ambas caídas puede ser el catalizador de una reconsideración más amplia de todo el sistema bancario entre los inversores”, según el analista Peter Boockvar del grupo Bleakley, citado por el portal CNBC.