Los expertos, designados en 2014 por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, mencionaron su frustración por la falta de voluntad de las fuerzas armadas para cooperar.
Un panel de expertos internacionales que investigan el secuestro de 43 estudiantes en el sur de México en 2014 dijo el martes que estaban finalizando su investigación, luego de que las fuerzas armadas mexicanas les mintieran y engañaran en repetidas oportunidades sobre su papel en el crimen.
Los miembros de las fuerzas armadas mexicanas tergiversaron su paradero durante el crimen, negaron el acceso a documentos clave y ocultaron detalles sobre su participación en la desaparición y su posterior encubrimiento, dijeron los expertos en un informe publicado el martes, su sexta y última evaluación de un evento infame que sigue siendo un misterio.
Duele ver cómo un caso que podría haberse resuelto las primeras semanas terminó enredado en mentiras, falsedades y desvíos de la investigación”, señaló el reporte.
En una conferencia de prensa celebrada en Ciudad de México el martes, los integrantes del panel, designados en 2014 por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, mencionaron su frustración por la falta de voluntad de las fuerzas armadas para cooperar.
Todo son mentiras, una tras otra”, dijo Carlos Beristain, médico español y miembro del panel, al Times el lunes por la noche. “No vamos a quedarnos si no tenemos posibilidad de tener respuestas”, agregó.
El panel llegó a México en 2015 y su trabajo fue clave para desacreditar una versión anterior de los hechos que se consideró fabricada por el gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto, conocida como “la verdad histórica”, que solo culpaba a policías locales y al crimen organizado por la desaparición.
Más recientemente, solo dos integrantes del panel permanecieron en el comité y su mandato había terminado.
Los últimos hallazgos del panel independiente incluyen un nuevo análisis técnico de datos de teléfonos celulares y documentos que ubicaron a varios miembros de las fuerzas armadas en sitios relacionados con el ataque mientras estaba ocurriendo, en lugares y momentos que nunca habían mencionado en sus testimonios.
Lo que estaban haciendo exactamente no está claro. “Lo que sí sabemos es que no es cierta la historia contada”, dijo Beristain.
El análisis técnico reveló un flujo constante de comunicación que llegaba a los niveles más altos de las fuerzas armadas de la región. Los soldados mexicanos no solo sabían sino que muy probablemente fueron testigos de los tiroteos, las detenciones y la violencia “segundo a segundo”, dijo Ángela Buitrago, abogada colombiana e investigadora del panel, durante la conferencia de prensa.
Toda la información técnica lo que muestra es la mentira de muchas declaraciones”, proporcionadas por los militares, agregó Beristain. “Dicen que no estaban donde sí estaban”.
Informes anteriores del comité decían que el ejército tenía conocimiento en tiempo real sobre el ataque, no compartió esa información con las autoridades y luego obstruyó deliberadamente la investigación.
Los investigadores también obtuvieron un documento confidencial de la Marina que indica que dos personas habían muerto mientras estaban detenidas por los soldados. Una fotografía de los cuerpos mostraba que los hombres tenían las manos atadas con unas vendas “similares a las que se ven en videos de detenciones realizadas” por la Marina, según el informe.
En 2018, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos informó que otra persona vinculada al crimen había muerto mientras estaba bajo la custodia de los soldados como resultado de las torturas.
Los 43 estudiantes desaparecieron en el estado de Guerrero en septiembre de 2014, luego de tomar varios autobuses para asistir a una marcha en Ciudad de México, una práctica en buena medida tolerada en ese momento.
Esa noche fue diferente
Agentes de la policía local y otros hombres armados abrieron fuego contra los estudiantes y, al amanecer, seis personas habían resultado muertas y decenas más heridas. Los estudiantes no volvieron a ser vistos. Los restos de solo tres cuerpos han sido identificados.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, prometió resolver el caso y conseguir un cierre para las familias, una promesa con la que hizo campaña en 2018. Pero a pesar del reciente arresto de un general y 15 soldados en relación con la desaparición, el gobierno aún no ha logrado una sola condena.
El martes por la mañana, López Obrador dijo que el día anterior se había reunido con los expertos independientes y les agradeció su trabajo. “Nosotros vamos a continuar con la investigación”, dijo el presidente. “Yo tengo el compromiso de llegar a conocer toda la verdad”.
El último informe encontró que, en octubre de 2014, soldados de la Marina registraron de manera ilegal un río donde las autoridades mexicanas habían afirmado encontrar una bolsa con un fragmento de un hueso de uno de los estudiantes desaparecidos. Pero, según el reporte, los soldados nunca revelaron que habían localizado la bolsa un día antes. También habían encontrado al menos otras nueve. No está claro lo que sucedió con ellas.
Hay hallazgos que nunca se documentaron, hay bolsas que nunca se reportaron”, mencionó el informe.
El informe final del comité busca “evitar que la puerta se cierre”, dijo Beristain, y agregó que el final de la investigación no significa que el caso esté resuelto.
Hay muchas cosas por hacer”, dijo.