Alcaraz, que sigue dando pasos gigantescos en el mundo del tenis con solo 20 años, ha disputado tres ediciones del Abierto de EE.UU.
Carlos Alcaraz (1), vigente campeón del Abierto de Estados Unidos, aplastó este lunes al italiano Matteo Arnaldi (61) y se sacó con autoridad y mucha confianza el billete para los cuartos de final del ‘grande’ neoyorquino.
El español cerró el partido con parciales de 6-3, 6-3 y 6-4 en una hora y 57 minutos.
Alcaraz, que sigue dando pasos gigantescos en el mundo del tenis con solo 20 años, ha disputado tres ediciones del Abierto de EE.UU. y en todas ellas ha alcanzado los cuartos de final.
Hasta hoy, solo Andre Agassi (de 1988 a 1990) había llegado tres veces a los cuartos de este ‘grand slam’ en la Era Open antes de cumplir 21 años.
A este magnífico registro hay que unir que, desde Johan Kriek (1978-1980), ningún tenista se había clasificado para los cuartos del Abierto de EE.UU. en sus tres primeras participaciones en Flushing Meadows.
Exhibiendo sonrisa y un tenis demoledor (solo ha cedido un set en cuatro partidos en este torneo), el murciano continúa derribando barreras sin descanso y, nada más terminar el partido, destacó sobre la pista “la intensidad desde el principio y hasta la última pelota” con la que jugó hoy.
“He jugado un partido realmente sólido, con menos errores, haciendo mi juego, intentando ir a la red (…). Estoy muy feliz con mi actuación”, aseguró.
Solo tres encuentros más le separan en estos momentos de conquistar su segunda corona en Nueva York y de lograr otra gesta enorme: convertirse en el primer tenista que repite título en el Abierto de EE.UU. desde Roger Federer (cinco títulos consecutivos de 2004 a 2008).
El camino, en cualquier caso, no será un paseo por el campo ya que en cuartos le espera un duelo contra el vencedor del partido de octavos entre el alemán Alexander Zverev (12) y el italiano Jannik Sinner (6), con quien el año pasado vivió un enfrentamiento memorable precisamente en cuartos que duró más de cinco horas y que acabó casi a las tres de la madrugada.
En semifinales podría cruzarse con el ruso Daniil Medvedev (3) y por el título, si se cumple la final soñada por la que todo el mundo suspira en Nueva York, se vería las caras con Novak Djokovic (2).
Pese a ser de generaciones diferentes (el serbio tiene 36 años), Alcaraz y Djokovic mantienen una sana pero vibrante rivalidad y este año han regalado enfrentamientos apasionantes como la final de Wimbledon (triunfo para Carlitos) y la final del Masters 1.000 de Cincinnati (victoria para ‘Nole’).
UN RIVAL INESPERADO
Prácticamente nadie contaba a estas alturas del torneo con Arnaldi.
Número 61 del mundo, el italiano de 22 años nunca había jugado el cuadro principal del Abierto de EE.UU., pero en su debut en tierras neoyorquinas dio la sorpresa en la tercera ronda eliminando al británico Cameron Norrie (16).
Este lunes festivo en EE.UU. (Día del Trabajo) le tocó estrenarse en el Arthur Ashe Stadium, la pista de tenis más grande del mundo (casi 24.000 espectadores), con las gradas repletas de fans de Alcaraz y con la cubierta cerrada para este partido disputado a primera hora de la tarde.
No le dio opción el de El Palmar, que desde el principio le castigó una y otra vez con derechazos violentos como rayos y que también supo romperle el ritmo a la perfección con dejadas y globos que caían con extrema precisión.
Cabeceaba el italiano, levantaba los brazos con señales de impotencia y resignación.
Pero al otro lado de la red, Alcaraz, este lunes con un vendaje en el muslo izquierdo, no soltaba el pie del acelerador mientras en la grada sonreía Jimmy Butler, estrella de la NBA y fan absoluto del español.
Con un dominio apabullante, Alcaraz selló el primer set en solo 32 minutos. La segunda manga tuvo el mismo guion y la finiquitó sin perder tiempo en 41 minutos.
El único contratiempo en su autopista a cuartos fue con 1-1 en el tercer set cuando Arnaldi le rompió el servicio en su primera bola de ‘break’ de todo el partido.
Pero Alcaraz no tembló ni un segundo, devolvió el ‘break’ en el siguiente juego y cerró la victoria desde el resto.