Musk dijo que desde que compró la red social el año pasado, “ADL ha estado tratando de acabar con esta plataforma. Para ser superclaro, estoy a favor de la libertad de expresión, pero en contra del antisemitismo de cualquier tipo”.
Elon Musk acusa a la Liga Antidifamación (ADL, en inglés), uno de los grupos más antiguos en detectar y denunciar actitudes antisemitas, de presionar a los anunciantes para que no se publiciten en la red social X (antes Twitter).
“Nuestros ingresos por publicidad en EE.UU. siguen cayendo un 60%, principalmente debido a la presión sobre los anunciantes por parte de ADL (eso es lo que nos dicen los anunciantes), ¡Casi lograron acabar con X/Twitter!”, escribió en su red social el fundador de SpaceX y director ejecutivo de Tesla.
Según la página web de ADL, su misión es luchar “contra todas las formas de antisemitismo y prejuicios, utilizando la innovación y las asociaciones para generar impacto”.
En otro post, Musk dijo que desde que compró la red social el año pasado “ADL ha estado tratando de acabar con esta plataforma” y que ha acusado de antisemitismo tanto a la red como a él mismo”.
“Para ser superclaro, estoy a favor de la libertad de expresión, pero en contra del antisemitismo de cualquier tipo”, resaltó en otro mensaje publicado en X.
La merma de la publicidad está siendo un problema muy grave para X: a mediados de julio, Musk dijo que la red social tiene “un flujo de caja negativo debido a una caída de aproximadamente el 50% en los ingresos por publicidad, además de una gran carga de deuda”.
En mayo, Musk dejó de ser director ejecutivo de la red y le pasó el relevo a Linda Yaccarino, ya que su perfil publicitario podría servir para calmar los temores y la desconfianza de los anunciantes hacia la polémica personalidad del multimillonario.
La comunidad LGBTQ también ha criticado cómo lleva Musk la red y, según el estudio de la Alianza de Gays y Lesbianas contra la difamación (Glaad), Twitter fue la plataforma entre cinco grandes redes sociales que ha obtenido la puntuación más baja, 33 sobre 100, en un índice que estudió la seguridad, privacidad y expresión de los usuarios que se identifican como pertenecientes de esta comunidad.
Esta puntuación es casi 12 puntos menor que la que recibió en 2022, cuando Twitter fue calificada con un 44,70.