La única persona conocida que es más vieja, reside en España, pero nació en San Francisco 11 meses antes
Edith Ceccarelli nació en febrero de 1908, cuando Theodore Roosevelt era presidente, Oklahoma acababa de convertirse en el estado número 46 del país y las mujeres todavía no tenían derecho al voto.
Con 116 años, Ceccarelli es la persona con mayor edad de la que se tenga conocimiento en Estados Unidos y la segunda más anciana en el mundo. Ha vivido dos guerras mundiales, la aparición del modelo T de Ford y las dos pandemias más mortales en la historia de Estados Unidos.
Durante la mayor parte de ese tiempo, ha vivido en un solo lugar: Willits, un pueblo enclavado en los bosques de secuoyas de California que solía ser famoso por su explotación forestal, pero es posible que ahora sea más conocido por Ceccarelli.
En el ayuntamiento de Willits, sobre el cual se yerguen secuoyas de 30 metros, hay una fotografía de Ceccarelli con un marco dorado dentro de una vitrina.
“Toda la comunidad quedó maravillada cuando cumplió 100 años y Ceccarelli se convirtió en una especie de celebridad local”, señaló la alcaldesa Saprina Rodriguez, quien a sus 52 años, tiene menos de la mitad de la edad de Ceccarelli.
El domingo, la comunidad de Willits organizó la celebración anual para su residente más preciada, quien la observó desde la terraza de su residencia para ancianos.
Hubo un desfile de vehículos de policía y de bomberos y, luego, de un camión de basura. Los automóviles que transportaban a los residentes que saludaban y le cantaban a su queridísima Edie iban adornados con guirnaldas, globos y flores.
El 5 de febrero de 1908, su tía se encargó de traer al mundo a Edith Recagno en una casa que su padre construyó con sus propias manos en Willits. La vivienda no tenía electricidad ni agua corriente, así que era un pozo el que le proporcionaba a la familia agua potable y, en vez de refrigerador, había un espacio fresco para guardar la leche y la carne.
En su infancia, Ceccarelli jugaba baloncesto y tenis, tocaba el saxofón y le encantaba cantar y bailar. Ceccarelli recordó que su padre, quien abrió una tienda de comestibles en Willits en 1916, cortaba leña y la transportaba a la casa después del trabajo.
Se casó a la edad de 25 años con su novio de la secundaria, Elmer Keenan, y se mudaron a la aledaña Santa Rosa, donde trabajó como tipógrafa en el periódico The Press Democrat y la pareja pronto adoptó una bebé. En 1971, luego de que su esposo se jubilara, regresaron a Willits.
Es por eso que cuando se acercaba su cumpleaños número 100 en 2008, Ceccarelli mandó invitaciones a toda la localidad de Willits. Pese a los cambios a través de varias décadas, como la autopista 101 que pasa por la calle principal y el desarrollo de granjas de marihuana, Willits seguía siendo una comunidad muy unida. La refinada Ceccarelli se había vuelto famosa por no perderse ninguno de los bailes que se realizaban en el centro para personas mayores y por sus caminatas diarias a través del pueblo.
A partir de entonces, cada cumpleaños de Ceccarelli ha sido conmemorado con una fiesta, una comida o, en la época del Covid-19, con un desfile, de convocatoria abierta para todos los residentes de Willits. Portando casi siempre una colorida bufanda y unas perlas, Ceccarelli comparte su sabiduría sobre cómo llegar a tener una larga vida: “Beban un par de dedos de vino tinto con la cena y ocúpense de sus propios asuntos”.
Ceccarelli vivió sola hasta que tenía 107 años y, luego, se mudó a un asilo de ancianos en Willits. Ya ha vivido 37 años más que la mujer estadounidense promedio y la única persona conocida que es más vieja que ella es María Branyas Morera, quien reside en España, pero nació en San Francisco 11 meses antes que Ceccarelli.