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Centro Nacional de Competitividad identifica los desafíos que afrontará el nuevo gobierno

Centro Nacional de Competitividad identifica los desafíos que afrontará el nuevo gobierno
Foto/Archivo.

Afirma que las brechas territoriales o diferencias socioeconómicas constituyen un obstáculo para el desarrollo integral y sostenible

Mejorar las brechas territoriales, la calidad del empleo, perfeccionar el recurso humano, la investigación, la innovación y la inversión extranjera, son algunos desafíos que identificó el Centro Nacional de Competitividad (CNC) para el nuevo gobierno en aras de fomentar un ambiente competitivo que promueva el crecimiento sostenible e inclusivo del país, informó el diario La Estrella.

Los retos están plasmados en la ‘Agenda de competitividad 2024-2029: Marco conceptual para una estrategia nacional de competitividad’, y se detalla que las brechas territoriales o diferencias socioeconómicas constituyen un obstáculo para el desarrollo integral y sostenible.

Destaca que estas brechas se reflejan en indicadores como el ingreso, la productividad, la pobreza, la educación, la salud, la infraestructura, el medio ambiente, entre otros.

En el diagnóstico, el CNC sugiere vigilar el nivel de la informalidad que venía en aumento desde el año 2011 y se profundiza en el año 2020 en un 52,8%. Para 2021 bajó a 47,6% y a 47,4% en 2023 sin lograr regresar, al menos, a niveles prepandemia, detalló.

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 Foto, Aris Rodríguez Mariota, En Segundos.

“La alta informalidad supone un deterioro en la calidad del empleo, porque lleva implícito que un gran número de trabajadores no disfruta las condiciones adecuadas de remuneración a su servicio, carga horaria y seguridad social, siendo este último determinante en su futura calidad de vida”, sostuvo.

Explicó que las mujeres y los jóvenes siguen siendo los más afectados por la desocupación y la precariedad laboral. “El salario mínimo es una herramienta de política económica y social que busca garantizar un ingreso digno a los trabajadores y reducir la pobreza y la desigualdad”, describió.

En cuanto al desarrollo del capital humano, retrae cifras del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que revelan que entre 2021 y 2022,  Panamá obtuvo la posición 61 entre 191 países, retrocediendo con relación a 2019. Esto lo situó en el quinto lugar a nivel de América Latina y el Caribe, detrás de Chile, Trinidad y Tobago, Costa Rica y Uruguay.

En el aspecto de la institucionalidad pública, el CNC destacó que “la forma en que las instituciones se diseñan y operan son fundamentales en cualquier sociedad moderna y democrática. Con instituciones débiles, las políticas públicas resultan ineficaces y con ello afectan la calidad de vida de los ciudadanos”.

Foto: Cortesía.

Con relación a la investigación + desarrollo e innovación, la Agenda de CNC señala que muchos gobiernos han situado la innovación como eje central de sus estrategias de crecimiento. Aquí, pone de manifiesto el Índice Global de Innovación 2023, elaborado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, que sitúa a Panamá en el puesto 84/132, perdiendo tres posiciones con relación al año anterior, cuando obtuvo el escaño 81.

Panamá mostró mayor rezago en los pilares de sofisticación de negocios como trabajador de conocimiento, vínculos de innovación, absorción de conocimiento, capital humano e investigación, y sofisticación de mercado que involucran crédito, inversión, comercio y diversificación.

Foto/Archivo. 

Por otra parte, la agenda del CNC destacó el desarrollo empresarial como pieza fundamental, pues son agentes económicos que impulsan con su actividad las economías generando empleos e ingresos a la población.

“Promover la creación y el fortalecimiento de iniciativas empresariales formales y sostenibles propiciará un tejido productivo robusto que contribuya en el cierre de las brechas de la desigualdad y la pobreza, impactando en el nivel de bienestar de la población”, subrayó.

Foto/Archivo.

Por último, la inversión extranjera directa (IED), puede tener efectos positivos en el desarrollo económico, la generación de empleo, la transferencia de tecnología y la diversificación productiva.

La IED en Panamá, en términos de su relación con el PIB, ha venido cayendo prácticamente desde 2011 hasta 2020, mostrando signos de recuperación en 2021 y 2022 cuando representó el 3,6% del PIB nominal para este último año y significó un aumento del 0,8 puntos porcentuales con respecto al mismo periodo del año anterior. Los sectores que más atrajeron la IED fueron el comercio al por mayor y menor, la actividad financiera y la Zona Libre de Colón.

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