El 48% de los hombres de la generación Z defiende la igualdad de las mujeres ante la discriminación
Todo indica que la participación de los jóvenes europeos en los próximos comicios entre el 6 y el 9 de junio puede cambiar sustancialmente el reparto de fuerzas del hemiciclo europeo. En las anteriores elecciones, celebradas en mayo de 2019, las instituciones europeas hicieron especial hincapié en que los más jóvenes acudieran a las urnas, informó el diario español La Razón.
Tras el resultado del referéndum del Brexit en Reino Unido, la Eurocámara creía que la generación Erasmus, criada en el espacio sin fronteras Schengen y acostumbrada a moverse libremente por el territorio europeo para estudiar, divertirse o encontrar un trabajo era el mejor antídoto para las fuerzas antieuropeas que podían poner en peligro todo lo anterior.
Las encuestas realizadas tras el referéndum en Reino Unido aseguraban que el 65% de los electores entre los 18 y 14 años había votado a favor de la permanencia mientras que en los votantes mayores de 65 años la proporción había sido la opuesta. Los jóvenes eran la esperanza. Según un sondeo post-electoral, el Eurobarómetro realizado en junio de 2019, la participación de los menores de 25 años aumentó 14 puntos porcentuales frente a los comicios anteriores, hasta el 42% y la de los electores de 25 a 39 años, 12 puntos, hasta el 47%.
“En estas elecciones vimos más votantes jóvenes, pro-europeos y comprometidos. Esto se traduce en mayor respaldo para el Parlamento Europeo, que cuenta con legitimidad para aprobar a la nueva Comisión Europea y pedirle cuentas en los próximos cinco años”, aseguró el entonces presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, felicitándose por lo ocurrido.
Ahora la situación ha cambiado. Si bien las instituciones europeas siguen promoviendo el voto joven, se han dado también cuenta de que los electores con menos años también son un caladero de voto para partidos de corte euroescéptico que saben canalizar el descontento, tal y como ha pasado con Chega en Portugal y puede suceder con AfD en Aleminia, dos formaciones tildadas de ultraderecha.
El spot realizado por la Eurocámara no puede ser más elocuente. Aunque no promueve el voto para ninguna formación política, varios abuelos les recuerdan a sus nietos los momentos más trágicos de la Historia Europea en línea con el slogan “No podemos dar la democracia por sentada. Usa tu voto. Si no, otros decidirán por ti”. Una manera de alertar a los más jóvenes contra cantos de sirena de fuerzas autoritarias, aunque sin poner nombres.
Recientes estudios alertan de que la Generación Z está más polarizada que nunca debido a la denominada guerra cultural y a las consecuencias del movimiento me too. Un fenómeno global en todos los países que trasciende fronteras y culturas. En Estados Unidos, las mujeres entre 18 y 30 años se declaran progresistas mientras que los hombres de su misma edad se decantan por tendencias conservadoras.
En Alemania y Reino Unido esta brecha ideológica llega hasta los 30 puntos. “La generación Z son dos generaciones, no una”, aseguraba el periodista John Burn- Murdoch en una columna publicada en el rotativo británico.
España tampoco está de espaldas a esta tendencia. En noviembre del 2023, una encuesta llevada a cabo por el Centro de Investigaciones Sociológicas aseguraba que el 44% de los hombres consideran que “se ha llegado tan lejos en la promoción de la igualdad de las mujeres que ahora se está discriminando a los hombres”. Los hombres de la generación Z (16 a 27 años) comparte esta afirmación en un 48% frente al 38,9% de los hombres mayores de 75 años. Las mujeres jóvenes tan solo comparten en un 28% esta frase.