Los principales cargos militares israelíes han sido convocados a una reunión con el régimen en la sede del Ministerio de Defensa
Las autoridades israelíes guardan silencio este martes tras la explosión de cientos de dispositivos buscapersonas del grupo chií Hizbulá en varios puntos del Líbano, que de momento han dejado ocho muertos y más de 2,800 heridos, informó la agencia EFE.
El grupo libanés, con quien Israel lleva más de once meses enfrascado en un intenso intercambio de fuego, culpó a las autoridades israelíes del incidente, y dijo que el país se enfrentará a “un castigo justo”.
Mientras, el medio israelí Haaretz aseguró que los principales cargos militares israelíes han sido convocados a una reunión con el régimen en la sede del Ministerio de Defensa, en Tel Aviv.
Es habitual que las autoridades israelíes mantengan una política de ambiguo silencio cuando se producen incidentes de este tipo. El país nunca ha llegado a reconocer el asesinato en Teherán del entonces líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, en un ataque a finales de julio que Irán atribuyó a Israel.
Un exportavoz y asesor del régimen de, Benjamín Netanyahu, pareció indicar en un mensaje en la red social X que Israel se encontraba detrás del suceso, pero la oficina de Netanyahu se desmarcó de sus palabras y destacó que el responsable de esas declaraciones, el asesor Topaz Luk, lleva meses fuera del cargo de portavoz.
Según la prensa en hebreo, las autoridades militares israelíes han avisado a las comunidades del norte que se mantengan en alerta ante la posibilidad de una escalada, pero las directrices para la población civil no han cambiado.
El país lleva enfrascado en un intenso intercambio de fuego con el grupo libanés desde el 8 de octubre, cuando Hizbulá empezó a lanzar ataques en solidaridad con las milicias palestinas de la Franja de Gaza.