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Acabar con Hezbolá, sí, pero: ¿Qué busca realmente Israel con una operación en el Líbano?

Acabar con Hezbolá, sí, pero: ¿Qué busca realmente Israel con una operación en el Líbano?
Destrozos en el barrio Haret Hreik de los suburbios de Beirut, después de los ataques militares israelíes en Beirut, Líbano. Septiembre de 2024. EFE

El conflicto de baja intensidad, entre Israel y Hezbolá ha entrado de lleno en una nueva fase de la guerra

El momento es, sin duda, decisivo. Este pasado lunes, Israel atacó 1,600 posiciones de Hezbolá y vinculados con sus arsenales de armas, informó el diario español El Confidencial.
Este martes, las muertes se elevaron a 60, una cifra que casi supera al número de víctimas en los últimos 11 meses. Ya no hay duda de que el conflicto, hasta ahora de baja intensidad, entre las fuerzas de Tel Aviv y la milicia libanesa ha entrado de lleno en una nueva fase de la guerra.
El portavoz del Ejército, Daniel Hagari, instó a cualquier persona que se encontrara cerca de un arsenal de misiles o cohetes de Hezbolá a “salir inmediatamente de la zona de peligro”. Horas después, empezaban los bombardeos contra objetivos de la milicia, así como otro ataque contra Beirut, calificado por las fuerzas de Tel Aviv como “selectivo”.
Daños en Beirut después de que los ataques israelíes mataran al líder de Hezbollah, Nasrallah. EFE

 

La escalada es solo el principio y el jefe del Ejército de Israel, Herzi Halrvi, aseguró que las fuerzas de Tel Aviv “acelerarán las operaciones ofensivas” contra Líbano.
“No hay que dar respiro a Hezbolá. Debemos seguir trabajando duro”, dijo. La semana pasada, el régimen de Benjamin Netanyahu anunció que la guerra iniciada después del ataque de Hamás del 7 de octubre había entrado en una segunda fase en la que la prioridad es que los israelíes desplazados del norte de Israel puedan volver a sus hogares.
“El centro de gravedad se está desplazando hacia el norte a través del desvío de recursos y fuerzas”, anunció el ministro de Defensa, Yoav Gallant.
Paralelamente, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) anunciaron que estaban desplegando su 98 División, considerada como una unidad de élite, al norte de Israel. Pero, ¿en qué puede consistir la operación israelí en el Líbano?
El humo se eleva tras los ataques nocturnos israelíes en los suburbios del sur de Beirut, el 28 de septiembre de 2024. EFE/EPA/WAEL HAMZEH
Algunas fuentes militares apuntan a que una parte del alto mando está a favor de una invasión terrestre por parte de las tropas israelíes en el país vecino, mientras que otras facciones apuestan por la estrategia actual, más gradual, con la que esperan que Hezbolá reconsidere su posición después de los últimos ataques y dé marcha atrás.
“Ahora entendemos mejor a la milicia, su infraestructura y cómo funcionan. Sabemos cómo maniobrar en el Líbano y tenemos objetivos específicos para alejar a Hezbolá. Estamos preparados y sabemos qué tenemos que hacer”, afirma Dotan Razili, teniente coronel de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF), en un encuentro con periodistas cerca de la frontera entre Israel y Líbano en el que estuvo presente El Confidencial.
Razili añade que sabe que todos los días puede recibir la orden para que la unidad a la que pertenece cruce la frontera. “Si lo hacemos, podría arreglarse en un par de días con un acuerdo, pero es algo que estamos esperando”.
La hipotética entrada de las tropas israelíes en Líbano no tendría como objetivo capturar una gran parte del territorio, sino “crear una zona de amortiguación de 10 kilómetros de profundidad”, dijo una fuente diplomática libanesa en El Cairo.
Voluntarios de la Media Luna Roja Siria hablan con personas que huyeron del sur del Líbano. EFE/EPA/YOUSSEF BADAWI

 

Con esa estrategia, podrían alejar a los combatientes de Hezbolá de la frontera con Israel y permitir que una parte de los desplazados vuelvan a sus casas.
 Pero este plan puede que no sea tan efectivo como parece.
“Cada vez que pensamos en una zona de seguridad que separa a Israel del peligro de Hezbolá, la pregunta es cuántos cohetes tiene el grupo que superen esa distancia”, apunta Jesús M. Pérez Triana, analista de seguridad y defensa, a este periódico.
“Si creas una buffer zone de 10 kilómetros, dejas a Hezbolá sin poder usar una parte de su armamento, como sus misiles anticarro o algunos de sus cohetes, pero las ciudades israelíes van a seguir recibiendo una lluvia de cohetes. Por eso, para que la zona de amortiguamiento sea efectiva tiene que tener 40 kilómetros, y Hezbolá va a disputar desde el metro uno desde la frontera de Israel”, continúa Triana.
Este escenario dificultaría que todos los desplazados volvieran a sus hogares y persistiría la sensación de inseguridad. La famosa “segunda fase” de la guerra, basada en el retorno de los israelíes de la zona norte, no se cumpliría totalmente.

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