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Equilibrio político para la estabilidad interna y la necesaria unidad nacional para reformar la CSS

Equilibrio político para la estabilidad interna y la necesaria unidad nacional para reformar la CSS
Mayor Felipe Camargo A., analista de Seguridad y Defensa.

Para poder pasar las tan necesarias reformas de la CSS se requiere de las condiciones de equilibrio, estabilidad interna, unidad nacional, que hoy no existen.

El factor político es fundamental para alcanzar una ley que convenza a todas las partes, a la izquierda y la derecha.

Ese fue el principio político aplicado por el General Omar Torrijos resumido: “Ni con la izquierda, ni la derecha, con Panamá”.

Ese fue su leitmotiv para enfrentar el mayor de los desafíos durante los momentos históricos de las negociaciones del Canal con Estados Unidos.

El poder militar se acercó primero a los enemigos políticos, luego los invitó, sumó a la izquierda y la derecha al proyecto nacional. Algunos no aceptaron el exilio, ese no es el caso en tiempos de democracia.

Desde el inicio, la actual administración se definió como un “gobierno empresarial”. Y en reacción, nos enfrentamos con Nicolás Maduro, quien envió mensaje a la izquierda criolla y a sus aliados en los gobiernos de izquierda de la región. Tenemos al menos un enemigo declarado, poderoso por boca de sus líderes, atacándonos desde Venezuela a través de su servicio de inteligencia, el SEBIN. Eso no ocurre con Cuba, Nicaragua o Rusia, que en apariencia no están interviniendo en nuestros asuntos internos.

Hay otro factor disparado: “Homicidios aumentan en 35% en la actual administración gubernamental”, leemos en los titulares de los diarios mañaneros.

El aumento sostenido de la violencia criminal en 35% en los meses que lleva el actual gobierno, es un campanazo. Hay una variante externa influyendo en ese fenómeno. Con ese “método terrorista”, se atrevieron a tirar en plena calle 50 a un ejecutado, asesinato cometido por sicarios, atribuido al “Tren de Aragua”.

Esa acción, marcó, fue el mensaje enviado o punto de inflexión de la nueva fase de terror patrocinada por Venezuela.

Estamos bajo el ataque del gobierno chavista, empleando a fondo al Tren de Aragua, como “proxi”. Se trata de grupos terroristas, organizaciones armadas, pandillas que reciben apoyo o algún nivel de facilidades de sus estados patrocinadores, para atacar en su territorio a sus enemigos. Ese es el caso de Hamás, Hezbolá y los hutíes, apoyados por Irán.

De Colombia el Clan del Golfo, es un grupo “proxi” de los paramilitares de la derecha colombiana.

El poder actual en Venezuela nos está aplicando un tipo de guerra híbrida. Aunque no queramos darnos cuenta, esa es una realidad. No la estamos neutralizando, menos usando nuestras capacidades como Estado para defendernos de nuestros enemigos.

En esas circunstancias, no se van a producir las condiciones obligantes de la unidad nacional, el equilibrio y menos la gobernabilidad mínima para avanzar en las reformas de la CSS. Con una narrativa de que es la izquierda que está conspirando, hay otros actores políticos locales operando para que el gobierno fracase en su proyecto insignia.

Hay que recordar que en el pasado un gobierno se sentó a hablar con los pandilleros y trató de incorporarlos a la sociedad, pero con el equivocado método de darles dinero para buscar la estabilidad interna.

Si hubo esa voluntad de tomar en cuenta a los pandilleros, hoy corresponde sentarse con la izquierda y las fuerzas populares a negociar una solución a las reformas a la CSS, que satisfaga a todas las partes.

No le queda otra ruta al actual gobierno, que la de sumar a la izquierda criolla al esfuerzo nacional. La derecha ya está sumada.

Estamos ante la principal ley estratégica en democracia, post invasión, para sentar las bases de la estabilidad y la gobernabilidad y enfrentar los retos y desafíos nacionales.

El gobierno debe sacarle el mejor provecho a las experiencias y métodos exitosos del pasado, cuando la nación panameña avanzó unida para negociar con Estados Unidos y recuperar el Canal. Las circunstancias actuales guardan similitudes con las de aquellos tiempos.

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