El expresidente se comprometió con el dictador chino, Xi Jinping, en entregarle un terreno en Amador para construir su embajada en Panamá
Según registros de los Varelaleaks, después de despertar en Nueva York el viernes 14 de septiembre del 2018, el empresario Stanley Motta le escribió a las 6:14 de la mañana al expresidente Juan Carlos Varela.
En ese momento el principal interés de Motta era conocer el estatus del terreno en el área de Amador que el gobierno planeaba cederle a China para construir su nueva embajada.
-Stanley Motta: Hace más de dos meses me llegó el rumor sobre la embajada China en Amador, que no es necesario puyar al águila cuando uno va a bailar con el oso. Esa posibilidad controversial tiene meses circulando y no es sorprendente que el rumor salga a la luz pública. Aunque varias personas me lo han comentado buscando apoyo, yo no le conversado con nadie excepto Isabel (Saint Malo, vicepresidenta y canciller).
-Jj: Yo veré cómo manejo al águila y al oso, que en estos momentos tienen diferencias comerciales, pero que se van a resolver.
-Jj: Lo que me llama la atención es que esto lo provocó el águila, que no quiere al oso cerca, y ahora cambia de opinión.
El tema de la ubicación de la sede de la embajada de China en Panamá, fue manejado por Varela como secreto absoluto. El Ministerio de Relaciones Exteriores rehusó confirmar informes que indicaban que Varela había cedido a los chinos una superficie de cuatro hectáreas en Amador para construir su nueva embajada.
Durante el régimen militar esa área había albergado el Edificio 9, construido de común acuerdo por los servicios de inteligencia de Estados Unidos y Panamá para rastrear llamadas telefónicas.
En las cercanías cruzan cables submarinos de fibra óptica que enlazan al país con la red global de telecomunicaciones. En Amador, la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) tiene instalada parte de la fibra óptica de esa entidad.
El argumento de Varela era que si se asignaron cinco hectáreas en Amador para un mausoleo al general Omar Torrijos –que tiene “una tumba vacía”- bien podrían cederle cuatro hectáreas para la embajada de China.
Uno de los primeros en alertar sobre lo que estaba pasando fue John Feeley, exembajador de Estados Unidos en Panamá. En una entrevista publicada en mayo del 2018, dos meses después de terminar su misión en la embajada en Panamá, en la revista The New Yorker, Feeley aseguró que Varela había entregado a los chinos “una enorme parcela” para la construcción de su embajada en la franja de tierra que se adentra en el océano en la desembocadura del Canal.
“Los marinos de todos los barcos que transiten el Canal verán la prueba del aumento del poder de China al cruzar la vía acuática que una vez simbolizó la influencia global de Estados Unidos”, comentó el exdiplomático, quien había sido nombrado en Panamá en febrero del 2016 por el presidente Barack Obama. Renunció al cargo 25 meses después enfrentado con la política exterior de la administración de Donald Trump.
Ante la cerrada oposición de entregar a Pekín terrenos en la entrada del Canal, Varela buscó opciones.
De acuerdo a los Varelaleaks, entre las opciones estuvo un terreno del Museo de la Biodiversidad (también conocido como museo Gehry, en honor al arquitecto que lo diseñó) “para traspasarlo a los chinos”.
Varela le pidió al entonces ministro de Economía y Finanzas, Dulcidio de la Guardia que investigara la situación de esa propiedad.
“Ese terreno está hipotecado a favor del BNP (Banco Nacional de Panamá) para garantizar un préstamo del museo. Estamos negociando con el BNP el reemplazo de ese terreno por otro”, le informó de la Guardia.
Varela se quejaba porque gobiernos anteriores habían entregado en Amador “10 hectáreas a $100 millones al Banco Nacional de Panamá para hacer el museo Eisenmann (como él nominaba el museo Gehry)”.
Varela contrató, al mismo tiempo, los servicios del abogado Fernando Berguido -por 20 años directivo de La Prensa, y a quien mantuvo tres años como su embajador en Italia- para defender las relaciones con Pekín.
Como “bullying diplomático”, calificó Beguido lo que estaba ocurriendo. “Que Estados Unidos predique con el ejemplo entonces: Que rompa relaciones diplomáticas con China Popular y vuelva a reconocer a Taiwán”, le escribió al gobernante en septiembre del 2018, de acuerdo a los Varelaleaks.
El expresidente le comentó a Berguido que a cambio de los terrenos de la antigua embajada de Estados Unidos en la Avenida Balboa, el Estado le cedió a Washington 22 hectáreas en Clayton.
-Jj: Tengo opciones.
-Jj: Esto de Amador fue creado por los americanos.
-Jj: Clayton tiene tres opciones.
-Jj: Ellos (Estados Unidos) vetaron dos.
-Jj: Ahora abrieron una más, otra que encontré hoy.
-Jj: Yo hablé de esto con Xi Jinping (el jefe del régimen chino).
-Fernando Berguido: Olvídate de Amador.
-Fernando Berguido: Amador está quemado.
Varela enfrentaba una creciente ola de rechazo por la posible entrega de un terreno a China en Amador. El expresidente y el banquero Francisco Pancho Sierra, su amigo, socio financista, ministro Consejero y asesor multipropósito, despotricaban contra los opositores a la ubicación de la embajada asiática.
Los llamaban “imbéciles”, “gente que hace huevadas”, de acuerdo a los Varelaleaks.
El 19 de septiembre del 2018, Varela intercambio con Doug Shereer, oficial de inteligencia estadunidense, sobre la ubicación de la embajada china en un nuevo terreno en Clayton.
-Doug Shereer: Busqué en el sitio de Clayton. Tengo una fuerte preferencia por al lado de la escuela en el parque. El sitio de Clayton sigue siendo malo para nosotros.
-Doug Shereer: Hablé con mis jefes y les dije que trabajarías con nosotros para reducir la amenaza si están (los chinos) en Clayton.
-Doug Shereer: Dijeron que estaba bien.
-Doug Shereer: Entonces, si debe ser Clayton, trabaja con nosotros para mitigar la amenaza de esas personas (los chinos).
-Doug Shereer: Le daré mi recomendación a Roxanne (Cabral) encargada de negocios (de la embajada de Estados Unidos en Panamá).
-Jj: Perfecto, gracias.
-Doug Shereer: Te apoyaré, si lo necesitas.
-Jj: Lo necesito.
La ubicación de la sede de la embajada de China en Panamá había sido manejada por Varela con absoluto secreto. Pero como le advirtió Sierra, estaba “generando una crisis con Estados Unidos por un terreno en un lugar equivocado”.