Los aliados de África Austral han decidido este jueves retirar las tropas del este congoleño y allanar el camino a los rebeldes del
La guerra en República Democrática del Congo continúa. Siguen asesinando a civiles todos los días. Siguen violando a mujeres, incluyendo el ocho de marzo, aunque ninguna proclama feminista se escuchó por ellas en el curso de las manifestaciones en Occidente, informó el diario La Razón.
El M23 sigue ampliando su área de influencia, continúan escuchándose explosiones y los traumas se acumulan como las hojas que se arrojan al vacío en las madrugadas de otoño, dispuestas a pudrirse y morir. La cifra aproximada de 8,500 muertos desde enero sigue siendo aproximada, aunque aumenta a diario. Sin excepciones.
La absoluta indiferencia de la comunidad internacional ante el hecho de que un grupo rebelde haya conquistado casi todo el territorio de la RDC.

Lo que hace el horror tan espantoso no es la violencia diaria que escupen los malvados, que es un aspecto natural de la guerra; es la indiferencia, el silencio, el abandono donde la violencia y el horror en otras esquinas del mundo cuentan al menos con el consuelo de las lágrimas.
El resultado de esta indiferencia ha llevado a que la Comunidad de Desarrollo de África Austral haya decidido este jueves suspender la misión de paz que llevaba desplegada en el este de la RDC desde finales del 2023.
Las tropas sudafricanas, tanzanas abandonarán la RDC tras haber combatido en Goma el pasado enero, sufriendo media docena de bajas en los dos días que duraron los combates. Suficientes para abandonar. Porque bastan seis muertos para que el coste político de los países involucrados se vuelva demasiado alto y haga rentable abandonar a la RDC. Porque seis muertos propios siempre contarán más que 8,500 muertos ajenos.

Seis muertos propios contarán más que un millón de muertos ajenos, si hace falta. El egoísmo y la cobardía en que se sumerge el mundo ha normalizado este tipo de realidades, como ha normalizado el hecho de que haya sangre en el suelo y sangre en los órganos sexuales de las mujeres congoleñas, pero es aceptable porque la alternativa sería comprar el IPhone más caro.
El anuncio de la retirada de las tropas de la SADC, además, viene dado apenas cinco días antes de que se inicien las conversaciones de paz entre el Gobierno congoleño y los rebeldes del M23.
Dicho diálogo, que tendrá lugar en Luanda (Angola), según ha confirmado el presidente angoleño, empieza con la RDC, no acompañada por sus aliados de la SADC, sino abandonada por ellos, empequeñecida, débil, sola. El timing de la retirada podría considerarse como una traición.