El giro de Estados Unidos es hacia el Indo-Pacífico, región donde Washington ha dicho que quiere centrar sus recursos para evitar una guerra con China
La Comisión Europea (CE) presentó este miércoles una hoja de ruta para desarrollar capacidades militares que le permitan disuadir diferentes tipos de amenazas y, más en concreto, una guerra con Rusia, una meta que se ha propuesto para el 2030, informa la agencia EFE.
“Europa se enfrenta a una amenaza aguda y creciente. La única manera de garantizar la paz es estar preparados para disuadir a quienes quieran hacernos daño”, comienza el nuevo libro blanco -documento no legislativo- sobre defensa presentado por la jefa de la diplomacia de la UE, Kaja Kallas, y el comisario europeo de Defensa, Andrius Kubilius.
La nueva estrategia militar comunitaria está motivada por la agresión de Rusia a Ucrania, cuyo futuro asegura que está vinculado al de Europa, y el giro de Estados Unidos hacia el Indo-Pacífico, región donde Washington ha dicho que quiere centrar sus recursos para evitar una guerra con China.
“Hacemos esto no para librar una guerra, sino para prepararnos para lo peor”, indicó Kallas en una rueda de prensa para presentar el documento, basado en el apoyo a Kiev, la colaboración en proyectos, la reposición de arsenales principalmente de munición y misiles y el impulso a la base industrial comunitaria.

El texto proporciona un marco para el plan de la Comisión Europea “Rearmar Europa”, del que este miércoles presentó propuestas legislativas para movilizar hasta $960,000 millones para inversiones militares, a través de métodos como un nuevo instrumento financiero con $180,000 millones para préstamos respaldados por el presupuesto de la Unión.
El documento alerta de la tendencia expansionista de Rusia, que es “imperativo” ayudar a Ucrania, que Estados Unidos reducirá su “papel histórico como principal garante de la seguridad” a Europa o que “Estados autoritarios como China tratan cada vez más de imponer su autoridad y control en nuestra economía y sociedad”.
Enumera amenazas como las acciones híbridas y sabotajes, la inestabilidad que proyecta el conflicto en Medio Oriente, la escalada de violencia extremista en África, la carrera global en tecnologías como la inteligencia artificial o el suministro de materias primas críticas.
“450 millones de ciudadanos de la Unión Europea no deberían tener que depender de 340 millones de estadunidenses para defendernos nosotros mismos contra 140 millones de rusos que no pueden derrotar a 38 millones de ucranianos”, comentó Kubilius.
El libro blanco recalca que el refuerzo de la defensa europea empieza en Ucrania, y apuesta por centrarse en acelerar la ayuda militar y de más tipos y asociar a Kiev en iniciativas comunitarias para desarrollar o licitar capacidades militares e integrarlo más en la industria comunitaria.
El libro blanco llama a cubrir urgentemente las carencias militares de los Estados miembros, y considera críticos los sistemas de defensa aérea y de misiles, los de artillería, reservas estratégicas de municiones, drones y sistemas para combatirlos, movilidad militar, aplicaciones basadas en inteligencia artificial o computación cuántica.
Finalmente, el libro blanco apuesta por reforzar las asociaciones de seguridad con la OTAN -que sigue considerando la piedra angular de la defensa colectiva europea- y Estados Unidos pero también con Canadá, Noruega, el Reino Unido o Turquía y otros países candidatos o de su vecindad, y explorar las posibilidades con socios del Indo-Pacífico o la India.