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La democracia en América Latina vive su peor momento en décadas, según IDEA Internacional

La democracia en América Latina vive su peor momento en décadas, según IDEA Internacional

El informe “El Estado de la Democracia en el Mundo 2025” revela retrocesos generalizados en derechos, Estado de Derecho y libertades básicas

La salud de la democracia atraviesa un momento crítico a nivel global, y América Latina no es la excepción, así lo concluye el informe “El Estado de la Democracia en el Mundo 2025”, elaborado por IDEA Internacional, que analiza el desempeño democrático de más de 70 países bajo criterios como representación, participación, libertades y Estado de Derecho.

Por octavo año consecutivo, el informe advierte que el mundo registra más retrocesos que avances democráticos, con un 54% de los países deteriorados en al menos una dimensión clave, frente a un 32% con mejorías.

Las democracias con buen desempeño siguen siendo minoría, mientras que la mayoría de los países se ubican en una franja media, donde predominan democracias defectuosas o en retroceso.

La dimensión más crítica es, sin lugar a dudas, el Estado de Derecho, especialmente en América Latina, donde el informe identifica deterioros graves en la independencia judicial, la predictibilidad de la ley y la protección de la integridad personal.

Uno de los datos más alarmantes del informe es el deterioro histórico de la libertad de prensa, que ha caído a sus peores niveles en medio siglo, donde 43 países han retrocedido, frente a solo 12 que han mejorado.

La situación es comparable a la registrada a principios de los años 90, antes de las transiciones democráticas en la región.

Casos como El Salvador, Nicaragua y Venezuela reflejan ese retroceso de manera particularmente aguda. Estos países son considerados ya regímenes autoritarios o en vías de serlo, donde las garantías democráticas básicas han desaparecido o están en proceso de ser desmanteladas.

Además, el informe alerta sobre el creciente desencanto ciudadano con la democracia, motivado por la ineficacia de los gobiernos para enfrentar problemas estructurales como la pobreza, la desigualdad, la inseguridad y la corrupción.

Este malestar está alimentando el apoyo a soluciones autoritarias y a líderes populistas que prometen eficacia sin respeto por las reglas democráticas.

Estados Unidos es señalado como una democracia consolidada con deterioro severo, debido a la concentración del poder en manos de un solo sector político y amenazas crecientes a la transparencia electoral.

Brasil, en cambio, es presentado como una historia de recuperación democrática. Desde el 2019 ha mejorado en 10 indicadores clave, gracias al fortalecimiento de sus instituciones judiciales, al rol de la sociedad civil y a la capacidad del sistema democrático de resistir intentos de ruptura institucional.

Pese al contexto adverso, el informe destaca dos áreas con avances relevantes. La participación ciudadana: América Latina lidera en esta dimensión, que incluye sociedad civil activa, elecciones participativas e inclusión de grupos históricamente excluidos.

Ausencia de corrupción: A nivel global, este indicador muestra 15 años consecutivos de mejora, tanto en políticas institucionales como en la percepción ciudadana.

El fenómeno migratorio -con 300 millones de personas en movimiento en el 2024- también es analizado por el informe como un nuevo desafío para la democracia. En las Américas, 74 millones de personas migran dentro de la región, lo que plantea retos importantes en términos de voto desde el extranjero.

El mensaje final del informe es claro: “La democracia no está garantizada. Exige vigilancia constante, prensa libre, instituciones sólidas y una ciudadanía activa.”

Pese a los múltiples retrocesos, la recuperación es posible, y depende en gran medida de la acción colectiva de sociedad civil, organismos multilaterales, prensa independiente y ciudadanía informada.

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