Rusia descartar tajantemente un alto al fuego en Ucrania e insistir en erradicar antes las causas originales del conflicto
Rusia puso este martes en peligro la cumbre de Budapest entre el dictador ruso, Vladímir Putin, y el presidente estadunidense, Donald Trump, al descartar tajantemente un alto al fuego en Ucrania e insistir en erradicar antes las causas originales del conflicto, en alusión a las aspiraciones de Kiev de ingresar en la OTAN y la defensa de los derechos de los rusoparlantes, informó la agencia EFE.
“Lo importante, de todas formas, no es el lugar ni los plazos (de la próxima cumbre), sino cómo vamos a avanzar en lo que fue acordado y sobre lo que se alcanzó un amplio entendimiento en Anchorage” (Alaska), en la cumbre de mediados de agosto, dijo Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores ruso, en rueda de prensa.
Lavrov alabó la actitud de Trump sobre la necesidad de un “arreglo duradero”, aunque el presidente de Estados Unidos parece tener un recuerdo diferente de Alaska, ya que abogó por un urgente cese de las hostilidades tras reunirse el viernes pasado en la Casa Blanca con el líder ucraniano, Volodímir Zelenski.

Precisamente, Zelenski y los líderes de la Unión Europea apoyaron este martes “firmemente” la postura de Trump “de que los combates deben cesar inmediatamente y que la línea de contacto actual debe ser el punto de partida de las negociaciones”.
Lavrov dejó claro que Moscú no está dispuesto a detener la guerra, ya que, además, considera que está avanzando en todos los sectores del frente y tiene opciones de tomar por la fuerza todo el Donbás, campaña militar que “alcanzará sus objetivos y que, sin lugar a dudas, concluirá exitosamente”.
“Ahora oímos desde Washington que debemos pararnos de inmediato y que no debemos discutir nada más. Detenernos y que la historia juzgue. Si simplemente nos detenemos, eso significará olvidarnos de las causas originales del conflicto”, afirmó.
En su opinión, el cese de las hostilidades supondría una “contradicción” con lo acordado en Alaska y acusó a los europeos de intentar convencer a la Casa Blanca de que cambie de postura.
“Sabemos quién se dedica a eso. Son los europeos, los patrocinadores y amos de Zelenski”, denunció.

Recordó que Putin y Trump acordaron en Alaska “centrarse en las causas originales y en la necesidad de renunciar a atraer a Ucrania a la OTAN y, dentro de lo posible, garantizar plenamente los derechos legítimos de la población rusa y rusoparlante”.
“El cese del fuego ahora significará solo una cosa: Una gran parte de Ucrania seguirá bajo el régimen nazi de Kiev. Esa parte de Ucrania será el único lugar en la Tierra en el que estará prohibido por ley todo un idioma, sin hablar de que se trata de una lengua oficial de la ONU y un idioma que habla la mayoría de la población”, insistió.
Tanto Lavrov como el portavoz de la dictadura rusa, Dmitri Peskov, y otros altos funcionarios rusos emplearon el adjetivo “posible” para referirse a la cumbre en la capital húngara.
Además, insisten en que Budapest debe ser una continuación de Anchorage, cumbre que dejó muy mal sabor de boca tanto en Washington como en Bruselas, cuyos funcionarios viajaron seguidamente a la Casa Blanca.
Lavrov aseguró haber abordado el lunes por teléfono con el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, “la situación actual” en Ucrania y la posible celebración de la cumbre en Budapest.
No obstante, la cadena CNN aseguró que la reunión prevista para esta semana -el día 23- había sido aplazada debido a la “diferencia de expectativas” sobre un cese de los combates.
El ministro ruso se mostró “sorprendido” de que los medios hablaran de un aplazamiento, ya que “los funcionarios estadunidenses llegaron a la conclusión de que la postura de Rusia casi no había cambiado en el tiempo y que sigue en sus demandas maximalistas originales”.
Con todo, a renglón seguido admitió que él y su colega estadunidense solo acordaron “continuar los contactos telefónicos para entender mejor dónde nos encontramos y cómo avanzar en la dirección correcta”.
