El presidente de Bolivia afirma que han emergido deudas no registradas, compras irregulares y un daño económico superior a $15,000 millones
El presidente de Bolivia, Rodrigo Paz, afirmó que su gobierno ha iniciado el desmontaje de lo que calificó como una institucionalidad corrupta heredada de los casi veinte años de administraciones del Movimiento al Socialismo (MAS), informó la agencia EFE.
Según el mandatario, este proceso está revelando deudas no registradas, compras irregulares y desfalcos millonarios en distintos niveles del Estado.
A través de una publicación, Paz aseguró que su administración está poniendo la casa en orden y trabajando para que los hechos detectados no queden impunes.
El jefe de Estado señaló que, conforme avanza el reordenamiento institucional, surgen pruebas suficientes para respaldar denuncias formales y permitir el avance de investigaciones sobre presuntos actos de corrupción ocurridos durante los gobiernos de Evo Morales (2006-2019) y Luis Arce (2020-2025).
El presidente boliviano recordó que recientemente cifró en más de $15,000 millones el presunto daño económico acumulado por irregularidades detectadas en los años de gestión del MAS, y según afirmó, su gobierno realiza una autopsia para identificar otros componentes de lo que describe como una red estructural de corrupción.
Uno de los antecedentes mencionados por Paz es la compra de radares para el control del espacio aéreo, adquiridos por $417 millones, equipos que no habrían funcionado durante más de una década.
El mandatario también señaló la existencia de un hilo conductor de una mafia vinculada al Ministerio de Hidrocarburos, YPFB y la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), a la que atribuye parte de los problemas de desabastecimiento de combustibles que enfrenta el país desde el año pasado.
Paz afirmó que al asumir la presidencia, el pasado 8 de noviembre, él y su Gabinete se encontraron con una cloaca en la administración pública, a la que responsabiliza de la situación económica devastada descrita por el ministro de Economía, José Gabriel Espinoza.
Ambos vincularon la persistente escasez de divisas y los problemas de abastecimiento de combustibles a la gestión previa del MAS.
Bolivia arrastra dificultades para acceder a moneda extranjera desde principios del 2023, mientras que los episodios de escasez de combustibles se han vuelto frecuentes en todas las regiones del país.
Pese al panorama descrito por el Ejecutivo, la semana pasada el riesgo país de Bolivia logró descender por debajo de los 1,000 puntos y se ubica actualmente en 930, su nivel más bajo desde el 21 de julio del 2023, según el Índice de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI) elaborado por el banco estadunidense JP Morgan.
El gobierno de Paz sostiene que este descenso refleja un primer indicio de recuperación de la confianza, mientras avanza en su plan de reordenamiento institucional y en las investigaciones anunciadas sobre presuntas irregularidades del pasado.