“ERROR” POLÍTICO
Dice Pipe que si la intención al demoler el monumento a la memoria china era demonizar a los chinos, el efecto ha sido contrario. Actualmente hay un nuevo escenario político criollo, la comunidad china se ganó un espacio en la política local. El músculo político de la colonia china al organizarse para enfrentar la acción repudiable, es una demostración. El ”error” de Stefany, la alcaldesa de Arraiján, jugó a favor de empoderar a la comunidad china, enturbió las relaciones internacionales y prendió al país. Las consecuencias políticas, son de magnitud estratégica porque se victimizó a la comunidad china y se benefició al régimen de Pekín.
PARTIDO CHINO
Según Pipe, lo que se anticipa es el intento de China, a raíz de la demolición del monumento que construyó Taíwán en el 2004, es la construcción de un partido político pro chino en Panamá y desarrollar una estrategia para ejercer influencia política en el país, alcanzando esferas de poder mediante la formación de cuadros pro-chinos como Richard Morales. Asegura que los acontecimientos, pavimentan el retorno de Richard al escenario político local.
DESEMPLEO CRECIENTE
Dicen los economistas que el desempleo podría superar el 10,4% en el 2025, lo que marcaría el nivel más alto de los últimos años, salvo la pandemia. Mientras tanto, la informalidad laboral se mantiene cerca del 50%, evidenciando que muchos panameños sobreviven haciendo lo que sea. Las cifras de octubre del 2024 ya alertaban sobre 202,609 personas sin empleo formal, pero la respuesta oficial no logra frenar la pérdida de plazas en sectores claves ni impulsar medidas efectivas de reactivación. Si las políticas públicas no logran traducirse en empleos reales, esos porcentajes no solo serán estadísticas frías, sino el reflejo de un país donde la estabilidad económica aún es un sueño esquivo para miles de familias.
INFLUENZA MATA
Dicen que la influenza ha cobrado ya 99 vidas en el 2025, y que la mayoría de los fallecidos no contaba con la vacuna. Los llamados del Minsa a la prevención suenan repetitivos. Lavarse las manos, usar mascarilla, no automedicarse, son consejos básicos que parecen olvidarse hasta que la tragedia toca la puerta. Mientras se multiplican las cifras de muertos, la responsabilidad no puede recaer solo en la población. La influenza no espera, y la prevención exige más que recordatorios, requiere acción concreta, vacunación accesible y campañas que realmente lleguen a quienes están en riesgo.
CONTRABANDO IMPUNE
Dicen que el contrabando le cuesta al Estado entre $200 y $400 millones al año, una sangría silenciosa que drena recursos públicos y fortalece al crimen organizado. Cuando las autoridades advierten que nueve de cada 10 cigarrillos que circulan en el país son ilegales, no están hablando solo de evasión fiscal, sino de un sistema paralelo que financia estructuras delictivas y debilita al Estado. Empresarios formales, que pagan impuestos y generan empleo, compiten en condiciones desiguales frente a productos más baratos porque son ilegales. Así, se premia al infractor y se castiga al que hace las cosas bien. Un mensaje perverso para cualquier economía que aspire a crecer en forma ordenada.
PROMESAS DE VAMOS
Dicen que la coalición Vamos llega al inicio de 2026 con una lista de buenas intenciones: 10 peticiones que incluyen agua potable, lucha anticorrupción y reforma del Estado, entre otros asuntos estructurales. Pero más allá de la carta pública y los compromisos de fiscalización, surge la pregunta: ¿Cuánto de eso se traducirá realmente en acción concreta? La desigualdad y la pobreza siguen en aumento, y la historia reciente demuestra que los pronunciamientos solemnes no siempre se acompañan de resultados. Están dispuestos a coordinar y a fiscalizar, dicen, pero mientras tanto, millones de panameños esperan decisiones efectivas y cambios tangibles, no solo hojas de ruta llenas de promesas que se quedan en palabras al inicio de cada año.
POR EL AMBIENTE
Dicen que Panamá avanza en la lucha contra los delitos ambientales con la creación de un equipo interinstitucional que promete articular esfuerzos para proteger, conservar y restaurar el ambiente. Pero entre la formalidad de decretos y nombres rimbombantes, surge la duda: ¿Será suficiente un equipo técnico-operativo para enfrentar la realidad de la degradación ambiental, la tala ilegal, la contaminación y el tráfico de recursos naturales que persiste en el país? La iniciativa se ampara en compromisos internacionales y recomendaciones de organismos globales, pero la historia reciente demuestra que las leyes y acuerdos no detienen por sí solos la depredación. Sin recursos claros, sanciones efectivas y seguimiento constante, corre el riesgo de convertirse en otro organismo más de escritorio, mientras los ecosistemas panameños siguen pagando el precio del atraso en la acción concreta y contundente.
