Si hay una cosa que caracteriza a los futbolistas de la Sele concentrados en Saransk para preparar su primera participación mundialista es, además de su amor por su país, su profunda religiosidad y su devoción por Dios
El veterano zaguero panameño Adolfo Machado seguramente poco podía imaginar que acabaría jugando un Mundial cuando en 2012 fue sancionado por dopaje durante dos años, pero se aferró a Dios para volver más fuerte y acabar cumpliendo su sueño.
Si hay una cosa que caracteriza a los futbolistas de la Sele concentrados en Saransk para preparar su primera participación mundialista es, además de su amor por su país, su profunda religiosidad y su devoción por Dios.
Machado, defensa de 33 años del Houston Dynamo de la MLS norteamericana, no es menos que sus compañeros, pero su amor a Dios le sirvió para superar el trance más amargo de su carrera: un control positivo a un anabolizante que dio junto a varios compañeros del club Comunicaciones de Guatemala.
?”No ha sido fácil el camino, pero gracias a Dios estoy cumpliendo un sueño”.
“Será clave jugar concentrados, ordenados y con gallardía”.
“Agradecidos por el respaldo de la afición”.
?Adolfo Machado (@adolfomachado31) #PanamáEnRusia #TodosSomosPanamá pic.twitter.com/gdGbyxQGWt
— FEPAFUT (@fepafut) 14 de junio de 2018
Los implicados lo atribuyeron a la ingesta de algún alimento, pero nunca lo pudieron probar y la sanción fue inapelable: dos años sin jugar (desde enero de 2012 a enero de 2014).
Ello le impidió participar en la eliminatoria mundialista para Brasil-2014, cuando Panamá se quedó a las puertas de jugar el repechaje, y vio alejarse su sueño de jugar un Mundial. Pero su fe le ayudó a superarlo.
“No fue fácil el camino. Me aferré a Dios y esto que estoy viviendo ahora (el Mundial) me parece una bendición”, explicó el jueves en Saransk.
– Volver más fuerte –
“Siempre creí (en su inocencia) y le dije a mi esposa y a mi familia que cuando saliera de ellos iba a volver más fuerte”, añadió sin perder la sonrisa pese al trago de tener que volver a pensar en aquel episodio.
Machado es uno de los defensas más aguerridos con los que cuenta el técnico Hernán Darío Gómez, tanto como central como lateral derecho, y pese a que no es un titular indiscutible para ‘Bolillo’, es una de sus primeras opciones cuando quiere reforzar la zona defensiva.
Su carácter afable y su lucha en la cancha han hecho que este jugador nacido el día de San Valentín de 1985 sea uno de los más queridos por la fanaticada panameña.
Tras la sanción, este jugador formado en el Alianza panameño se marchó a jugar al Deportivo Saprissa costarricense, uno de los principales clubes de Centroamérica. En dos temporadas se hizo con la capitanía y se convirtió en el ídolo de la hinchada de un club con el que ganó varios títulos y fue elegido el mejor jugador panameño en el exterior (2014).
En 2016 fue traspasado a Houston, donde tras una primera temporada en la que fue titular indiscutible, en el último curso apenas disputó una decena de partidos.
Juegue mucho o poco, ‘Bolillo’ sabe que siempre podrá contar con la entrega y la lucha de ‘El Siervo’, como se le conoce a Machado en su país, por ser el más religioso de todos los jugadores, al punto de ser el que dirige las plegarias en el camerino antes de cada juego.