Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil entre 2003 y 2010 y actualmente en prisión, fue sido registrado este miércoles, 15 de agosto, ante el Tribunal Superior Electoral (TSE) en Brasilia como candidato a las elecciones presidenciales del próximo 7 de octubre.
Fue el Partido de los Trabajadores de Brasil (PT) que presentó los documentos necesarios para oficializar la carrera presidencial de Lula, a la espera de que las autoridades electorales acepten (o rechacen) su solicitud.
La candidatura del exmandatario ha sido acompañada de una gran movilización de partidarios en la capital. El PT había prometido apoyar al dirigente político de 72 años “hasta las últimas consecuencias”, según cita EFE a la senadora Gleisi Hoffmann.
Lula figura de esta forma como aspirante de esa formación política de izquierda junto al candidato a vicepresidente Fernando Haddad, exministro de Educación y exalcalde de São Paulo. Según explica Hoffmann, Haddad se perfilaba como candidato presidencial como “plan B” con la dirigente Manuela D’Ávila en la fórmula, lo que resultó de un complejo pacto con el Partido Comunista de Brasil.
Ese último escenario se mantuvo como una posibilidad latente ante un probable rechazo de la solicitud del expresidente, condenado a 12 años de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero.
Los antecedentes
El registro de Lula fue precedido por las declaraciones hechas la noche del martes por la procuradora general Raquel Dodge, quien expresó que la justicia electoral “debe garantizar que solamente los elegibles puedan ir a los comicios” y que los “inelegibles no deberían gastar recursos en campañas”, informa O Globo.
Lula Da Silva durante la celebración de los 38 años del Partido de los Trabajadores. 22 de febrero de 2018.Brasil: ” Lo que está en juego no es solo la libertad de Lula sino el país que queremos”
El exmandatario y líder fundador del PT fue catalogado por el saliente presidente del TSE, Luiz Fux, como “inelegilble” debido a que presuntamente no cumple con la denominada Ley de la Ficha Limpia, que prohíbe que los condenados por organismos colegiados sean candidatos, escribe Folha.
Sin embargo, algunos especialistas han señalado que existe un “vacío legal” en uno de los artículos de esta ley —aprobada durante el mandato de Lula— que establece que los tribunales de instancias superiores, a petición de los condenados, pueden suspender la llamada “inelegibilidad”.
Hoffmann, por su parte, condena que la forma en que se está utilizando esa legislación es “inconstitucional”. “Registrar la candidatura de Lula es una victoria. No reconocemos lo que se está haciendo en contra de él”, aseveró la legisladora.
¿Qué se espera?
A partir del 16 de agosto comienza la campaña electoral para los comicios del próximo 7 de octubre en primera vuelta por parte de 13 candidatos, de los cuales Lula lidera la opción de voto en las encuestas. De igual manera, se abre un lapso de cinco días para las impugnaciones judiciales en contra de las opciones presentadas, detalla Perfil.
Un juez del TSE será asignado para el caso de Lula y sus abogados podrán presentar su defensa en un periodo de siete días. El magistrado puede llegar a un fallo individual o llevar el caso ante la plenaria del TSE, mientras que la defensa del exmandatario puede apelar el veredicto ante el TSE y posteriormente ante el Supremo Tribunal Federal de Brasil.
Al respecto, Breno Altman, periodista y director de Opera Mundi, afirma que el proceso judicial conocido como Lava Jato fue “manipulado por sectores […] que tienen vínculos muy estrechos con la derecha”, con el fin de afectar “selectivamente” al PT y en especial a Lula. Para Altman, esos sectores usan la lucha contra la corrupción como “instrumento para obtener un resultado político”.