Empresarios y políticos reaccionaron al llamado a consultas, que hizo el gobierno estadounidense a diplomáticos de El Salvador, Panamá y Dominicana.
Este llamado a consultas, es a raíz de las decisiones de estos tres países de romper lazos con Taiwán, y establecer relaciones con la República Popular China.
La génesis del conflicto
La medida se produce después de que Washington acusó a Pekín el mes pasado de desestabilizar las relaciones entre China y Taiwán, y participar en una campaña de “interferencia política” al intentar separar a Taipéi de algunos de sus aliados en el hemisferio occidental.
Además, según analistas internacionales, Taiwán es uno de los mayores motivos de conflicto entre China y Estados Unidos, debido sobre todo a que Washington es el principal suministrador de armas de Taiwán y sería su mayor aliado militar en caso de un eventual conflicto bélico con China, en virtud de un acuerdo firmado en 1979.
El Salvador rompió en agosto relaciones diplomáticas con Taiwán, que era uno los principales cooperantes con el país centroamericano en áreas de tecnología, salud, agricultura y educación.
Entonces, EE.UU. anunció que “reevaluará” su relación con El Salvador, puesto que su decisión de romper lazos con Taiwán “afecta no solo a El Salvador, sino también a la salud y seguridad económica de toda la región de las Américas”, según dijo la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders.
El Salvador fue el último en unirse a una tendencia iniciada por otros países que han decidido estrechar lazos con China en detrimento de Taiwán, como República Dominicana, que lo hizo en mayo pasado, Panamá en junio de 2017.
A continuación, un breve resumen de las reacciones que ha despertado en El Salvador, República Dominicana y Panamá, este llamado a consultas:
El Salvador: “Es un hecho sin precedentes”
El primer país que reaccionó fue El Salvador. Margarita Escobar, exvicecanciller salvadoreña, aseguró que es muestra de que las relaciones entre El Salvador y Estados Unidos no están bien, previendo que esto podría afectar no solo la relación comercial, sino el bienestar de tres millones de salvadoreños en EE.UU. y las remesas a El Salvador.
René Portillo Cuadra, diputado por el partido opositor Alianza Republicana Nacionalista (Arena), observó que en los últimos 50 años “nunca Estados Unidos había mandado a llamar a una embajadora a El Salvador. “Es un hecho sin precedentes”, dijo. Advirtió que pone en desventaja a El Salvador.
Mario Ponce, del Partido de Concertación Nacional (PCN), aseguró que advirtieron que la decisión del Gobierno salvadoreño iba a poner en peligro la relación con países en democracia. “Hoy vemos las consecuencias, es una señal que nos debe preocupar, no medimos las consecuencias”, dijo, señalando que el mercado natural de El Salvador es Estados Unidos
El presidente de la principal gremial de empresarios de El Salvador se mostró “preocupado”, ante el llamado a consultas de la embajadora de Estados Unidos en el país, Jean Manes, por el establecimiento de relaciones con China.
“Esto nos mueve a la preocupación, porque estamos poniendo en tensión la relación con nuestro principal socio comercial y donde residen unos 3 millones de salvadoreños que sostienen la economía con las remesas”, dijo en una entrevista televisiva el presidente de la Asociación Nacional de La Empresa Privada (ANEP), Luis Cardenal.
Añadió que la “llamada de los embajadores debe leerse en el lenguaje diplomático como un llamado de atención grave, que en algunos casos es el primer paso para el rompimiento de relaciones”.
República Dominicana: “Un llamado que sorprendió”.
El llamado a consultas por parte del gobierno de Estados Unidos ha causado mucha sorpresa, sobre todo porque ocurre tan solo un día después que la embajadora Robin Bernstein presentó cartas credenciales al presidente Danilo Medina.
En mayo pasado, Estados Unidos mostró su descontento con la ruptura de relaciones entre República Dominicana y Taiwán, a través de su representante en ese momento, Robert Copley. El encargado de negocios de la embajada estadounidense dijo a periodistas en Palacio Nacional que su país no estaba de acuerdo con la forma, ni el momento en que se produjo la ruptura de las relaciones diplomáticas con Taiwán, pero también señaló “que respeta el derecho que tiene la República Dominicana de hacerlo”.
Para ese entonces, el diplomático explicó que así se lo hizo saber al presidente Danilo Medina, con quien habló del tema por varios minutos, y agregó que se tocaron otros aspectos que no puede revelar.
Panamá y su posición diplomática
A través de cables internacionales, el gobierno de Panamá divulgó la noche del pasado viernes, su posición:
“Panamá respeta la decisión del Gobierno de los Estados Unidos de América de llamar a consultas a su Encargada de Negocios en Panamá, así como a sus Embajadores de El Salvador y República Dominicana”.
El presidente Juan Carlos Varela reiteró que “Panamá seguirá trabajando estrechamente con el país norteamericano en la agenda bilateral de ambas naciones”.
En el caso de nuestro país, los acuerdos con el gigante asiático avanzan a paso firme: Entre el 9 al 13 de julio del presente año se realizó la primera ronda de negociación para alcanzar un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre la República Popular de China y la República de Panamáy la segunda ronda se realizó del 20 al 24 de agosto en Beijing.La próxima ronda se tiene programada para octubre.
La semana pasada, el brasileño radicado en Estados Unidos, Nicolás Castro, consultor y asesor en materia de inversiones, comentó que ‘Panamá debe ser cauteloso con esta negociación, China es altamente productivo y es líder en logística; este gigante ya domina cerca del 42% de los negocios en la Zona Libre de Colón (ZLC)’.
Puntualizó que ‘Un TLC con China golpeará a la industria panameña, y poco a poco desplazará a sectores como logística, pues ya sin tratado sus negocios controlan buena parte de la principal zona franca panameña y ya ellos participan en otros de interés’.
Con la activación de las relaciones diplomáticas con China, ha prometido de todo a Panamá en materia turística, marítima, y por su puesto, una de las obras más codiciadas por concretar: la millonaria construcción de un tren rápido hacia Chiriquí.