El mandatario enfatizó que, la decisión de Trump de llamar a consultas a los diplomáticos, “son temas internos del Gobierno de Estados Unidos, que nosotros respetamos”.
Fue el pasado 7 de agosto cuando el gobierno de Estados Unidos llamó a su encargada de negocios en Panamá, Roxanne Cabral, y a sus embajadores en República Dominicana, Robin Bernstein, y en El Salvador, Jean Manes, a unas consultas por las “recientes decisiones de dejar de reconocer a Taiwán” en favor de China.
“Panamá es un país soberano, neutral, que abre sus puertas y su canal al mundo. Estados Unidos es el principal usuario del canal, China es el segundo y es parte de la vida pública tomar las decisiones correctas en beneficio de los pueblos”, sostuvo el mandatario.
En ese sentido explicó que, por el Canal de Panamá pasan “todos los productos de China hacia la costa este de Estados Unidos” y “todo el gas de Estados Unidos que va hacia China”.
Ante los medios de comunicación, el mandatario no dudó en señalar que estas relaciones con Panamá y China “van a traer muchos beneficios a Panamá, y en nada va a afectar la relación con un socio estratégico”.
“Así como hubo diferencias comerciales entre México y Estados Unidos, que ya se resolvieron, y hubo diferencias comerciales entre Estados Unidos y Canadá, que se van a resolver, si hay diferencias entre Estados Unidos y China es un tema de ellos”, añadió.
Panamá rompió relaciones diplomáticas con Taiwán y oficializó su relación con China en junio de 2017, mientras que República Dominicana y El Salvador lo hicieron en mayo y agosto de este año, respectivamente.
Washington es el principal suministrador de armas de Taiwán y sería su mayor aliado militar en caso de un eventual conflicto bélico con China, en virtud de un acuerdo firmado en 1979.