Sufrió las desventajas de ser mujer y luchó contra ellas. Descartada del programa de astronomía de la Universidad de Princeton que solo admitía hombres, se diplomó en la de Cornell y en Georgetown, siendo una enérgica defensora de los derechos de las mujeres.
La astrónoma estadounidense Vera Rubin, que puso en evidencia la existencia de la materia oscura en el universo, murió el domingo a los 88 años en Princeton, Nueva Jersey.
“Rubin era un tesoro nacional como astrónoma y un formidable ejemplo para los jóvenes científicos”, dijo el presidente del Instituto Carnegie para la Ciencia, Matthew Scott, en una nota fechada el lunes.
Sufrió las desventajas de ser mujer y luchó contra ellas. Descartada del programa de astronomía de la Universidad de Princeton que solo admitía hombres, se diplomó en la de Cornell y en Georgetown, siendo además una enérgica defensora de los derechos de las mujeres.
Rubin fue la primera mujer que entró al observatorio Palomar, en California en 1965.
Contratada en 1965 por el departamento de magnetismo terrestre del Instituto Carnegie, se interesó rápidamente en los movimientos de las galaxias y su rotación.
Junto a su colega Kent Ford advirtió que en el seno de las galaxias la velocidad de las estrellas no obedecía estrictamente las leyes de la gravedad. A partir de eso dedujo la existencia de una masa invisible, la materia oscura, que representa el 90% del universo.
La teoría de la materia oscura había sido presentada en 1933 por el astrofísico suizo Fritz Zwicky pero Rubin la confirmó.
En 1993, el presidente estadounidense Bill Clinton le confirió la medalla de las ciencias.