Suecia ostenta el récord mundial de supervivencia: 77% de los niños nacidos entre las 22 y 26 semanas en 2014-2016 sobrevivieron al primer año, informó un estudio publicado el martes en el Journal of the American Medical Association, Jama. La supervivencia en 2004-2007 había sido de 70%.
La medicina ha logrado enormes avances desde la década de 1980 en la supervivencia de los bebés extremadamente prematuros, como lo ilustran varios estudios médicos publicados esta semana relacionados con Estados Unidos y Suecia.
Hasta la década de 1980, la medicina consideraba que la edad de gestación mínima para la viabilidad era de 28 semanas, de las 40 de un embarazo normal (antes de las 37 semanas los bebés son considerados prematuros). A las 28 semanas, los bebés pesan apenas cerca de 1.000 gramos.
Este límite ha disminuido constantemente desde entonces y los bebés sobreviven a las 24, 23 e incluso 22 semanas, cuando pesan medio kilo y hasta menos. Un bebé japonés saltó a los titulares en febrero por pesar 268 gramos al nacer, tras 24 semanas de gestación, y logró superar cinco meses de hospitalización y salir sano de allí.
“He seguido este tema durante 40 años, y he visto el umbral de viabilidad retroceder una semana cada 10 años en mi hospital”, dijo a la AFP Edward Bell, médico neonatal y profesor de pediatría en el hospital de la Universidad de Iowa, en Estados Unidos.
Suecia ostenta el récord mundial de supervivencia: 77% de los niños nacidos entre las 22 y 26 semanas en 2014-2016 sobrevivieron al primer año, informó un estudio publicado el martes en el Journal of the American Medical Association, Jama. La supervivencia en 2004-2007 había sido de 70%.
Suecia ha estandarizado los procedimientos y sistematizado la reanimación de los recién nacidos prematuros: intubación inmediata, administración de medicamentos y traslado rápido a una unidad de cuidados intensivos neonatales. Actualmente, el 88% de los partos prematuros en el país del norte de Europa se realizan en hospitales equipados con esa unidad.
“Anteriormente, frente a un bebé nacido a las 22 o 23 semanas, un médico podía decir que no valía la pena hacer nada”, explicó a la AFP el médico y profesor de pediatría Mikael Norman, coautor del estudio.
Para las más pequeños de 22 semanas, la supervivencia pasó en una década de 3,6% a 20%. Entre los nacidos con 26 semanas, sobreviven ocho de cada diez.
– Estados Unidos rezagado –
Desde la década de 1990, tres grandes avances han sido la invención de “surfactantes” artificiales, que reemplazan a una sustancia que los bebés muy prematuros aún no producen en sus pulmones y que les ayuda a respirar; la inyección de esteroides a la madre justo antes del parto, lo que hace que los pulmones del feto maduren el equivalente de una semana en un día; y las mejoras en los aparatos respiratorios.
Estas técnicas están ampliamente disponibles en los países desarrollados, pero ello no evita que haya disparidades significativas de un país a otro e incluso de un hospital a otro.
En Francia, Reino Unido y Estados Unidos, aproximadamente la mitad de los bebés muy prematuros (con menos de 26 o 27 semanas de gestación) sobrevivieron, según estudios que datan de algunos años atrás.
Pero a diferencia de Suecia, en Estados Unidos el sistema de salud es muy desigual.
Otro estudio publicado en Jama mostró que la segregación geográfica entre personas negras y blancas se replicaba en los hospitales: los bebés prematuros negros nacen en centros de menor calidad.
Sin embargo, la supervivencia está avanzando, incluso de bebés de menos de 400 gramos, casos muy raros que han sido objeto de otro estudio en Jama divulgado el lunes.
Un 13% de los bebés de menos de 400 gramos y nacidos entre las 22 y 26 semanas en 21 hospitales de Estados Unidos de 2008 a 2016 sobrevivieron. Uno de ellos pesaba apenas 330 gramos.
Pero a esta edad, el riesgo de complicaciones es alto: tres cuartas partes mostraron retrasos en el desarrollo a los dos años.
“Eso muestra que la supervivencia es posible”, dice Edward Bell, uno de los autores del estudio. “No se puede decir tajantemente que estos bebés siempre deben ser reanimados, pero los padres deben recibir esta información y dar su opinión para decidir sobre su reanimación”.