Millones de toneladas de plástico se desechan en el mar cada año, pero solo una pequeña parte es visible. ¿Dónde desaparece el resto? Los investigadores se están acercando a dilucidar el misterio del “plástico perdido”.
En los últimos años, las imágenes de botellas y bolsas acumuladas por las corrientes en medio de los océanos o las playas llenas de basura han llevado a campañas contra la cultura del todo desechable. Pero esta contaminación visible es solo la punta del iceberg.
Un equipo internacional de científicos se implicó en este tema, desplegando esfuerzos sin precedentes para dar con más desechos.
Entre 4 y 12 millones de toneladas de plástico terminan cada año en los océanos, pero los científicos estiman que solo se ven en la superficie 250.000 toneladas, y que el 99% de todo eso que ha sido lanzado al mar durante décadas está en paradero desconocido.
Degradados por la erosión, el sol y la acción de las bacterias, la densidad de los plásticos cambia, se encuentran a merced de las corrientes y una vez que son arrastrados a las profundidades, se vuelven mucho más difíciles de rastrear.
“Es bastante difícil saber dónde están”, dijo a la AFP Alethea Mountford, investigadora de la Universidad de Newcastle, en el Reino Unido. “Incluso el plástico en la superficie puede hundirse y luego volver a subir”.
En lo que podría ser un verdadero avance, la investigadora usó un modelo computarizado de corrientes oceánicas sobre los plásticos de tres densidades diferentes, para ubicar los lugares donde se reagrupan los fragmentos después de que se hunden.
El modelo muestra acumulaciones de plásticos a varias profundidades en el Mediterráneo, en el Océano Índico y en las aguas del Sudeste asiático.
Los científicos estiman que una gran parte del plástico termina en el fondo del mar. Una estudio reciente permitió encontrar microplásticos en las entrañas de minicrustáceos que viven a casi 11 km de profundidad en la Fosa de las Marianas, la parte más profunda conocida de los océanos del mundo.