A finales de 1988, los encargados del presidente George Bush para atender Panamá eran Néstor Sánchez, en el Departamento de Defensa, y Elliot Abrams, secretario de Estado Adjunto para Asuntos Interamericanos. Ambos seguían la línea: “Noriega es nuestro hombre”. De allí que no apoyaron, después de haber alentado desde el Comando Sur, los alzamientos contra…