Cuarenta horas después de haber atendido a su primer paciente de coronavirus, el 30 de marzo, Angela Aston regresó a casa con su familia y tenía tos. “¡Ay, tienes la garganta irritada!”, le dijo su esposo. De inmediato pensó que tal vez estaba infectada de COVID-19. Debido a su formación en enfermería, Aston, de 50…