La falta de gasolina es la principal hipótesis que se maneja como causa del accidente. Colombia ha advertido que las conclusiones de la investigación, en que participan expertos internacionales, tardarán al menos seis meses
Colombia, aún conmocionada por el accidente aéreo que diezmó al equipo de fútbol Chapecoense, en viaje para su primera final de la Copa Sudamericana, inicia este jueves la repatriación de los cuerpos de los 71 muertos, en una tragedia que enluta a Brasil.
Entre las víctimas del choque, ocurrido la noche del lunes en montañas cercanas a Medellín, dejando milagrosamente seis sobrevivientes, hay 64 brasileños, cinco bolivianos, un venezolano y un paraguayo, indicó el Instituto de Medicina Legal al finalizar el reconocimiento de los restos.
Según el cronograma divulgado por las autoridades colombianas, las repatriaciones comenzarán a las 17H00 (22H00 GMT) con la partida en un vuelo de Avianca del cuerpo del ciudadano paraguayo.
Continuarán el viernes a las 08H00 (13h00 GMT), con la salida del nacional de Venezuela también en vuelo comercial de esa aerolínea, y una hora más tarde partirán cuatro cuerpos y las cenizas de ciudadanos bolivianos en un Hércules de la Fuerza Aérea Boliviana desde la base de Rionegro.
Finalmente, a las 16H00 (21H00 GMT) comenzará la repatriación en tres vuelos diferentes de los brasileños fallecidos. A la misma hora, en un chárter privado, saldarán hacia Brasil los cuerpos de los seis periodistas de la cadena Fox Sports.
Cuatro funerarias en Medellín preparaban los cuerpos para el envío de sus lugares de origen, mientras Chapecó, la ciudad del sur de Brasil que alentaba con ilusión la gesta de sus futbolistas, organizaba un velatorio masivo en su estadio.
“Vamos a poner pantallas en el área externa, ya que el Arena (Condá) tiene disponibilidad para 19.000 personas y trabajamos con la hipótesis de que pueden concentrarse unas 100.000 en los alrededores”, dijo Andrei Copetti, asesor de comunicación del Chapecoense, en rueda de prensa.
“Campeones por siempre”
En la funeraria San Vicente, donde estaba prevista una misa para honrar a los fallecidos, ya estaban en féretros los restos de varios viajeros de la aeronave de matrícula boliviana CP2933 de la empresa Lamia. “Campeones por siempre”, se podía leer en las banderas blancas con el escudo del Chapecoense que cubrían algunos ataúdes.
Como otros familiares de los fallecidos, Roberto Di Marche, primo del directivo del club brasileño Nilson Folle Junior, se acercó a la casa fúnebre.
“Yo lo tengo como un hijo, como un hermano, y ahora está en una situación así, en una urna, es terrible”, dijo con la voz entrecortada, tras contemplar unos minutos el féretro donde yacía su pariente, quitarse la camiseta del onceno que llevaba y ponerla junto al cuerpo.
Bolivia suspendió este jueves los permisos de operaciones de Lamia y destituyó a altos funcionarios del control aeronáutico del país, informó el gobierno.
Según el representante de Lamia, Gustavo Vargas, la aeronave incumplió el plan de reabastecerse de combustible en Cobija, ciudad boliviana fronteriza con Brasil, o en Bogotá.
La falta de gasolina es la principal hipótesis que se maneja como causa del accidente. Colombia ha advertido que las conclusiones de la investigación, en que participan expertos internacionales, tardarán al menos seis meses.
Amenazas contra controladora
“Puedo aceptar con absoluta certeza que de mi parte hice lo humanamente posible y lo técnicamente obligatorio para conservarle la vida a esos usuarios del transporte aéreo”, dijo en un comunicado Yaneth Molina, la controladora del aeropuerto de Rionegro que estaba de guardia el lunes.
La operadora, cuya voz se escucha en un audio divulgado por medios colombianos que registra los últimos intercambios con el piloto minutos antes del accidente, denunció amenazas en su contra, sin brindar más detalles.
En la grabación, calificada por las autoridades de “inexacta en los tiempos” y de no estar certificada, se puede escuchar al piloto del avión reportando a la torre de control estar “en falla eléctrica total” y “sin combustible”, sin que Molina perdiera la compostura.
El siniestro acabó con la sorprendente campaña del Chapecoense, que empezó a escalar hacia la cúspide del fútbol continental desde 2009.
Este jueves el Independiente Santa Fe de Colombia, campeón de la Sudamericana, regaló a Chapecoensela réplica del trofeo que ganó en 2015. “Un poco de consuelo para el pueblo de Chapecó”, dijo Marcelo Zolet, director jurídico del once brasileño.
“Una vida por delante”
“Tenían una vida por delante”, dijo, con “mucha tristeza, mucho dolor, impotencia”, la colombiana María Ocampo, que participó en el tributo con más de 30.000 personas que Nacional ofreció la víspera en el estadio Atanasio Girardot.
En el acto también se oró por la salud de los sobrevivientes: tres jugadores, dos tripulantes y un periodista que se recuperan en clínicas cerca de Medellín.
El arquero Jackson Follmann, a quien debió serle amputada la pierna derecha, fue nuevamente operado este jueves para determinar la evolución clínica de las lesiones, sin que fuera necesario cercenarle la pierna izquierda, según el último parte médico.
El defensa Alan Ruschel está “en estado crítico, pero estable” y se descartó que esté comprometida su movilidad por una fractura en la columna, en tanto, “están estables” el jugador Hélio Zampier Nieto y el periodista Rafael Henzel, cuya esposa llegó a acompañarlo, señalaron los galenos.
Los tripulantes bolivianos Ximena Suárez y Erwin Tumiri podrían incluso ser dados de alta este jueves.