Mauricio Hochschild, el Schindler de Bolivia que salvó a miles de judíos del nazismo

Mauricio Hochschild, el Schindler de Bolivia que salvó a miles de judíos del nazismo
El hallazgo fue de conocimiento del Registro Regional del Programa Memoria del Mundo (MOWLAC en inglés) de la Unesco, que en octubre de 2016 lo validó como único y auténtico. Foto/AFP

El empresario judío ayudó a muchos otros judíos a escapar de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial; cuatro décadas después de su muerte en 1965, los archivos de Mauricio Hochschild fueron hallados en una de sus minas de estaño 

El magnate Mauricio Hochschild tenía una historia oculta. Toneladas de documentos apilados durante décadas en una minera estatal boliviana han sacado a la luz que ayudó a huir a miles de judíos del nazismo. Ahora algunos lo consideran “el Schindler de Bolivia”.

Cartas y fotografías trazan la historia de Hochschild, uno de los empresarios de la minería más exitosos del siglo pasado, junto a Víctor Aramayo y Simón Patiño.

Los tres figuran en la historia oficial boliviana como grandes expoliadores. Hochschild, un judío nacido en Biblis, Alemania, en 1881, migró a Bolivia a principios del siglo XX y falleció en París en 1965 sin saber que lo que hizo saldría a la luz pública cuatro décadas después.

Edgar Ramírez, director del archivo de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), relata que a principios de la década de 2000 empezaron a ordenar las montañas de papeles acumulados en los patios de la compañía, recuperando documentos “que estaban en completo abandono, a la intemperie”.

La Comibol almacenó documentos contables, informes económicos, estudios mineros, junto con otros papeles de los potentados Patiño, Aramayo y Hochschild, a quienes el Estado boliviano les nacionalizó todas sus actividades en 1952 por considerar que sus prácticas de extracción del estaño empobrecían a Bolivia.

Entre esas informaciones se encontraba la desconocida historia de solidaridad de Hochschild con los perseguidos por el nacionalsocialismo.

Entre los documentos hay contratos de trabajo hechos a judíos por la minera de Hochschild, como el de Erico Nagel Thale, nacido en Leipzig en 1904 y que llegó a Bolivia a los 32 años, junto a su madre Ana de 74 años.

También una carta enviada por infantes judíos del Kindergarten Miraflores en La Paz al empresario para pedirle cooperación para construir nuevos ambientes “en vista de la cantidad de niños que están aquí y quieren venir”. Y otra donde el gobierno francés incluso le insta a que se lleve a Bolivia a cerca de mil huérfanos judíos.

Además, hay documentos originales enviados por la embajada de Gran Bretaña a Hochschild así como “listas negras” de empresarios y colaboradores del eje Roma-Berlín-Tokio, con quienes él no debía establecer ningún negocio. 

El hallazgo fue de conocimiento del Registro Regional del Programa Memoria del Mundo (MOWLAC en inglés) de la Unesco, que en octubre de 2016 lo validó como único y auténtico, explicó  Carola Campos, jefa del Servicio de Información de la minera estatal.

La declaratoria como “Memoria del Mundo” será entregada en el transcurso de este mes al Museo de la minera boliviana, que digitalizará toda la documentación y la pondrá a disposición por internet.

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