Una veintena de países cerraron parcial o totalmente esta semana sus puertas a la carne brasileña, cuyas ventas aportaron más de 13.000 millones de dólares a la economía del gigante sudamericano en 2016
Brasil obtuvo el sábado una importante victoria en su lucha por recuperar la credibilidad tras el escándalo de la carne adulterada, al anunciarse la reanudación de las importaciones por parte de China, Chile y Egipto, tres de sus principales mercados.
Estos tres países, que habían cerrado totalmente sus mercados a comienzos de esta semana, aceptaron prohibir únicamente los productos provenientes de las 21 fábricas investigadas por las autoridades.
El caso, que afecta en particular a los dos gigantes del sector JBS y BRF, sacude a uno de los sectores más fuertes de la economía del país, que entró en recesión en 2015.
La crisis se agrava al sumarse a explosivas revelaciones sobre la corrupción sistemática vinculada a los mercados públicos de la compañía petrolera estatal Petrobras.