La “resiliencia de las ciudades” se ha convertido en un importante sujeto de estudio y el crecimiento urbano refuerza la urgencia tomar medidas preventivas en las países
Entre la amenaza climática y el boom demográfico, la presión aumenta para las ciudades que deben reforzar urgentemente su capacidad de resistencia, advirtieron los científicos y expertos reunidos en Viena en el Congreso de Ciencias Terrestres.
En todo el mundo las aglomeraciones son especialmente vulnerables a las catástrofes naturales y demás tensiones climáticas.
Si las emisiones de gas de efecto invernadero continúan al mismo ritmo, todas las ciudades europeas verán acentuarse las olas de calor, pronosticaron las investigaciones presentadas esta semana por los científicos geológicos a la Unión Europea.
En las ciudades belgas, las temperaturas durante el verano podrían superar en 10ºC los niveles de alerta durante 25 días, según otros estudios.
Las inundaciones –principal riesgo en la UE– se presentarían bajo el efecto de tormentas más severas.
El crecimiento urbano refuerza todavía más la urgencia. De aquí a 2050, el 80% de los habitantes de los países desarrollados vivirán en ciudades y en el caso de los países en vías de desarrollo, el 60% (la barrera del 50% a nivel mundial fue superada en 2007). Esto equivale a un millón de ciudadanos suplementarios por semana durante los próximos 40 años.