El Tribunal Supremo de ese país suramericano autorizó una investigación al presidente por posible corrupción y obstrucción de la justicia. El mandatario aseguró que no renunciará. Una semana entre el cielo y el infierno
El Tribunal Supremo de Brasil autorizó este jueves el inicio de una investigación contra el presidente del país, Michel Temer, por corrupción e intento de obstruir la justicia, según medios brasileños. Temer rechazó enfáticamente el jueves la posibilidad de dimitir después de que el Supremo Tribunal Federal (STF) autorizara una investigación judicial en su contra.
El jefe de Estado, de 76 años, está acusado de haber dado luz verde al pago de sobornos para comprar el silencio del expresidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha, quien está en prisión por su implicación en el sistema de sobornos de Petrobras.
Las denuncias dejaron a Temer en la cuerda floja, menos de un año después de haber asumido el cargo en reemplazo de la izquierdista Dilma Rousseff, destituida por el Congreso tras un juicio político (impeachment).
De acuerdo con el diario O Globo, el presidente podría hacer otra declaración este viernes y denunciar judicialmente al dueño del gigante frigorífico JBS, Joesley Batista, quien grabó clandestinamente la conversación que dio pie a la investigación del STF.
En un mensaje a la nación transmitido unas horas después de que se conociera la decisión del Tribunal, Temer dijo que no renunciaría a la presidencia, como piden sectores de la oposición.
“No renunciaré. Repito. No renunciaré y exijo una esclarecimiento pleno de todo”, afirmó el presidente durante un mensaje televisado desde el Palacio de Planalto.
En mayo de 2016, Temer se convirtió en presidente después de que su predecesora Dilma Rousseff fuera sometida a juicio político y destituida por temas no relacionados con Lava Jato.
El político dijo que esta semana, su corto gobierno vivió “su mejor y peor momento”.
Los indicadores de la caída de la inflación, los números de crecimiento de la economía y la generación de empleos crean esperanza de días mejores. El optimismo retornaba y las reformas avanzaban. Pero ayer la revelación de una conversación grabada clandestinamente trajo de vuelta el fantasma de la crisis. El enorme esfuerzo de sacar al país de su mayor recesión puede volverse inútil”, afirmó Temer.
as acusaciones de obstrucción a la justicia que pesan sobre Temer también sacudieron a los inversionistas y mercados brasileños.
Las acciones cayeron en más del 10% al inicio del día jueves, lo que interrumpió temporalmente el comercio.
Mientras miles de personas en Rio de Janeiro y en la capital, Brasilia, pidieron el jueves su renuncia, y hay más manifestaciones previstas para el fin de semana. La exministra y senadora ecologista Marina Silva, que en las presidenciales de 2014 obtuvo casi 20% de los votos, declaró que Temer “no está en condiciones de gobernar”.