El presidente Michel Temer movilizó el viernes a “fuerzas federales de seguridad” contra “una minoría radical” de camioneros que ignoró un acuerdo para poner fin a una huelga que desde hace cinco días colapsa a la economía de Brasil
La crisis, a menos de cinco meses de las elecciones presidenciales, obligó ya a cancelar vuelos por falta de combustible en el aeropuerto de Brasilia, paralizó la totalidad de las cadenas de montaje de automóviles, redujo la actividad de grandes frigoríficos de esta potencia agropecuaria y provocó una disparada de precios de los carburantes y los alimentos.
“Accioné a las fuerzas federales de seguridad para desbloquear carreteras”, dijo Temer en una breve comunicación desde el Palacio de Planalto, en Brasilia.
“Muchos camioneros están haciendo su parte, pero desafortunadamente una minoría radical ha bloqueado carreteras impidiendo que muchos camioneros lleven adelante su deseo de atender a la población”, agregó, endureciendo el tono.
Los cuerpos movilizados incluyen a la Policía Federal, la Policía Caminera y las Fuerzas Armadas, según varias fuentes de gobierno consultadas por la AFP, que no supieron sin embargo detallar cuál será la participación de los militares en la operación.
Está previsto que el ministro de Seguridad, Raúl Jungmann, brinde más informaciones en una conferencia de prensa este viernes.
“La propuesta del gobierno de convocar a las Fuerzas armadas como instrumento de represión es querer apagar el fuego con gasolina: va a instigar el conflicto y dificultar una solución equilibrada”, afirmaron en un comunicado conjunto las principales centrales sindicales del país, que se ofrecieron a mediar para encontrar una solución.