En las próximas elecciones el panameño debe elegir figuras que se caractericen por su coherencia política y su transparencia. Esto traería como consecuencia gobernantes previsibles y probos que se rodearían de funcionarios idóneos y dedicados al servicio de la sociedad panameña.
No es posible que el futuro del país recaiga nuevamente en figuras que gobiernen con conductas imprevisibles y caprichosas sin capacidad para evaluar las distintas opciones y lograr ajustar sus decisiones a la búsqueda del bien común. Así como el país no soporta el capricho, tampoco resiste la falta de ejecución de un programa coherente que le dé certeza al ciudadano acerca del rumbo que llevará el país.
Tal cual lo expuso el sociólogo alemán Max Weber (1864-1920), la previsibilidad es una característica fundamental de la economía moderna y, sin ella, no hay buen crecimiento ni estabilidad económica. Desde 1990, el objetivo de los promotores de la incipiente democracia panameña fue estructurar un sistema que produjera alternabilidad en el ejercicio del poder.
Para ello se impulsó la estructuración de un Tribunal Electoral que fuera imparcial y garantizara la pureza del sufragio. Se institucionalizó el respeto por los derechos humanos y se nombró cabeza rectora de la justicia a una Corte Suprema que diera el ejemplo a todo el sistema judicial. Se fortaleció la Contraloría General de la República para frenar el despilfarro y se promovió la transparencia en el sistema de compras del Estado. Se supeditó la fuerza pública al poder civil para prevenir un retorno al totalitarismo corrupto y corruptor del pasado.
Se estructuró, constitucionalmente, la entidad que regiría el canal panameño a partir del año 2000. Se le otorgaron garantías y seguridades a la inversión privada nacional y extranjera para lograr la generación de empleos y se organizó una carrera administrativa para dotar al Estado de recursos humanos idóneos con estabilidad y respeto a su dignidad. En materia de seguridad social, se puso orden en la Caja de Seguro Social; se verificó el estado de sus finanzas. Se lograron acuerdos gremiales en educación y salud pública y se saneó la educación superior.
Construir un nuevo orden para generar empleo, seguridad y confianza en el futuro del país requirió dosis elevadas de tolerancia, buenos ejemplos y diálogo. Han transcurrido más 25 años de la puesta en ejecución del proyecto de instauración democrática y lo que se requiere nuevamente es la definición de lo que promueven las distintas opciones políticas y sus niveles de transparencia, para que los electores conozcan a ciencia cierta cuáles son los compromisos que asumiría cada candidato.
Por ejemplo: ¿Qué propone en materia de salud pública? ¿Qué respuestas tiene al problema educativo? ¿Cómo controlará una deuda pública qué crece desproporcionadamente? ¿Cómo racionalizará los programas sociales y sus subsidios? ¿Cómo enfrentará la crisis de la seguridad social? ¿Cómo promoverá el pleno empleo? ¿Cómo atraerá la inversión extranjera e incentivará la inversión privada nacional? ¿Qué medidas adoptará para fortalecer la seguridad y la soberanía alimentaria? ¿Cómo promoverá la justicia y asegurará que haya castigos adecuados para las infracciones de la ley Cómo protegerá los recursos naturales? ¿Cómo promoverá la educación del primer mundo? ¿Cuáles son sus planes para otorgar becas educativas, impulsar el desarrollo agropecuario y resolver la problemática vial y de transporte? ¿Cómo planificará el futuro energético y el suministro de agua potable? ¿Cómo mejorará la educación superior? ¿Cómo encaminará nuestras relaciones internacionales? ¿Cómo promoverá el abaratamiento de la canasta básica y los medicamentos? ¿Cómo incentivará el turismo? ¿Cómo reforzará la seguridad democrática y resolverá el hacinamiento carcelario? ¿Como enfrentará el déficit de viviendas? ¿Cómo combatirá la corrupción?.
Los mencionados aspectos tienen que ser objeto de estudio para todo panameño que aspire a un cargo público en las próximas elecciones. Todos los candidatos deben definir claramente su posición con transparencia y asumir ante el electorado un compromiso. Solo así tendremos gobernantes previsibles y un mejor país.