Estados Unidos se muestra inflexible en su nueva política arancelaria, que ha desatado una guerra comercial que es centro de los debates del G20 de Buenos Aires este fin de semana
La reunión del G20 financiero, integrado por ministros de Economía y presidentes de bancos centrales, se convirtió en foro de discusión de los aumentos de aranceles decididos por la administración de Donald Trump.
El FMI advirtió que la guerra comercial golpeará el crecimiento mundial, pero Washington anunció en el G20 que seguirá presionando por un comercio más “equilibrado”.
“Deseamos tener una relación (comercial) más equilibrada” con China “y la relación equilibrada es que podamos vender más bienes” al gigante asiático, afirmó el secretario del Tesoro estadounidense Steven Mnuchin el sábado.
El jerarca reiteró que Washington podría pasar de un 25% de aranceles adicionales al acero y el aluminio, a colocar nuevos gravámenes a la totalidad de las importaciones desde China, por unos 500.000 millones de dólares como anunció el presidente Trump.
Estados Unidos busca combatir un déficit comercial con China que supera los 370.000 millones de dólares anuales. En el proceso, la suba de aranceles afectó a otros de sus socios comerciales como la Unión Europea (UE), Canadá o México (miembros junto a Estados Unidos del Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte, TLCAN).
Las medidas retaliatorias no se hicieron esperar y se generalizaron, y ahora amenazan con recortar el crecimiento mundial.