¿Y ahora qué?

¿Y ahora qué?
Analista político.

Hemos terminado una importante jornada. Con algunos tropiezos, pero, a diferencia de Venezuela, los resultados se conocen poco después de terminados los comicios.

Lo ocurrido el domingo 5 de mayo refleja que las bases de la democracia, sembradas tras la caída de la dictadura en 1989, han resultado sólidas y resistentes, a pesar de algunas injustificadas fallas del Tribunal Electoral y abusos de algunos candidatos.

Eso dice mucho de la fortaleza de nuestro sistema político que, tras los resultados, debemos comprometernos a seguir fortaleciendo.

El triunfo de José Raúl Mulino solo confirma que la voluntad popular, en más de un tercio de los votantes, ha sido respetada. Nada ha manchado ese resultado a pesar de las aves de mal agüero que presagiaban un posible fraude. Igual ha pasado en las elecciones de diputados, alcaldes y representantes. Eso es muy positivo.

Mulino tiene un gran desafío que enfrentar: Unificar a todos en un solo propósito, cual es gobernar no solo para los que hicieron posible su elección, tomando en cuenta de que dos tercios del total de los votos de otros candidatos le eran contrarios.

Los problemas de Panamá no se solucionarán el 1 de julio cuando asuma Mulino la presidencia. Diría yo que se a partir de esa fecha se agravarán porque la población querrá mayor rapidez de respuesta del nuevo presidente.

Tenemos muchos años de acumulación de problemas que solo con mucha creatividad, humildad y capacidad de concertación se podrán afrontar, tomando siempre en cuenta el sentir de la población, cada vez más escéptica de los gobernantes.

Al nuevo presidente, que rehusó participar en los debates presidenciales evitando entrevistas con los medios de comunicación, le quedan muchas interrogantes por resolver. ¿Cómo lidiará con la presencia de su mentor, Ricardo Martinelli, dentro de la embajada de Nicaragua en Panamá que aún no recibe salvoconducto para que pueda salir de allí e irse del país?

Ha dicho que lo ayudará porque fue víctima de persecución judicial, pero ¿no lo puede indultar porque nuestra Constitución prohíbe el indulto para condenados, en este caso por lavado de dinero?

En su discurso de aceptación del triunfo, si bien negó un pacto con el PRD, no dejó claro si su gobierno alentará las investigaciones sobre todos los actos de corrupción y despilfarro del actual gobierno.

De aquí a la toma de posesión el 1 de julio deberá decirnos cómo afrontará la crisis del Seguro Social, la escasez de agua y las grandes deficiencias en salud y educación.

En lo referente a la Asamblea Nacional, y aunque parezca contradictorio a la elección presidencial, la brillante luz que irradia nos indica que nace una esperanza de mejores días para un órgano del Estado súmamente desprestigiado en los últimos tiempos. El gran ganador de la contienda es Vamos, dirigido por Juan Diego Vásquez y Gabriel Vásquez, que obtienen dos decenas de promisorios diputados que, sumados a los del Movimiento Otro Camino y a los del Partido Popular, pueden llevar adelante una interesante y comprometida agenda legislativa.

Corresponderá a esa renovada Asamblea Nacional el escoger un nuevo Contralor General de la República y deberán designar los nuevos procuradores, ambos esenciales en la lucha contra la corrupción pública y privada.

Las ciudades más importantes del país quedaron en manos de opositores, impidiendo la reelección de los alcaldes PRD. Eso es tremendamente positivo. Igual ha ocurrido con los representantes de corregimientos, perdiendo algunos con varios periodos en el cargo. No hay duda de que podrá haber más luz en el manejo de los importantes recursos municipales.

El cambio ocurrido el 5 de mayo nos indica que la renovación del país se iniciará desde las bases de nuestras comunidades, en los corregimientos, seguirá por las alcaldías y culminará en una nueva Asamblea Nacional que podrá proyectar su trabajo hacia un futuro que parecía perdido, pero que ahora podrá tomar nueva vida.

A esa realidad se tendrá que amoldar el nuevo presidente Mulino si quiere asegurar una buena gestión y la paz ciudadana. Ha prometido gobernar con todos y eso es positivo.

Si bien mi candidato presidencial no fue favorecido, me siento satisfecho de haber apoyado a Mayer Mizrachi para la Alcaldía de Panamá, a Roberto Zuñiga y Jorge Bloise de Vamos para diputados y a Serena Vamvas como representante de corregimiento.

A pesar de lo que digan algunos, el balance de la votación ha sido positivo. Solo nos queda seguir siendo vigilantes. Panamá es de todo. No solo de los que nos gobiernan.

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