Investigadores del STRI y del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (Cimar) de Costa Rica, hicieron el hallazgo de la nueva especie nombrada Thesea dalioi
Un estudio en la revista Bulletin of Marine Science describe una nueva especie de octocoral color rojo sangre encontrada en Panamá.
La especie en el género Thesea fue descubierta en el amenazado entorno de arrecifes profundos poco iluminados en Banco Hannibal, a 60 kilómetros del Pacífico continental de Panamá, por investigadores del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales en Panamá (STRI) y del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología (CIMAR) en la Universidad de Costa Rica.
Los científicos establecieron la nueva especie, Thesea dalioi, comparando sus rasgos físicos, como el grosor de la rama, tamaño de escleritas o el color rojo brillante de las colonias, con la única otra especie del género en el Pacífico oriental, T. variabilis.
Thesea dalioi lleva el nombre de Ray Dalio, un partidario de la exploración marina. Su nombre está destinado a reconocer las valiosas contribuciones de Dalio a la investigación marina y su alcance público.
Hannibal Bank, parte del Parque Nacional Coiba y Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, es una montaña submarina costera y un punto clave de biodiversidad que solo ha sido explorado recientemente.
“Después de solo dos expediciones con sumergibles hasta 300 metros de profundidad, hemos identificado 17 especies de octocorales para Banco Hannibal, incluido el descubrimiento y la descripción de tres nuevas especies”, comentó Héctor M. Guzmán, ecólogo marino de STRI y uno de los autores del estudio.
Tanto los corales y algas dependientes de luz, como otras formas de vida que se encuentran en entornos con baja iluminación, ambos viven en arrecifes mesofóticos: meso significa medio y fótico significa luz.
Estos arrecifes, como en el que se encontró Thesea dalioi, se consideran hábitats frágiles con una gran diversidad de corales, algas y esponjas. También son generalmente descuidados en la mayoría de las políticas ambientales y de conservación porque son difíciles de alcanzar. Banco Hannibal es uno de esos puntos que requieren más atención para su protección.
“El presente estudio debe proporcionar la base para nuevas investigaciones sobre este raro género y contribuye a la diversidad y el conocimiento de la distribución de octocorales de la zona mesofótica en el Océano Pacífico oriental”, comentó Odalisca Breedy, bióloga marina de CIMAR y una de los autores del estudio.
“Los investigadores médicos han identificado los beneficios terapéuticos derivados de los corales blandos y duros, como las propiedades antiinflamatorias y anticancerígenas, la reparación ósea y los beneficios neurológicos”, comentó Guzmán. “Pero nuestra capacidad para contribuir a la comprensión de los corales blandos y sus hábitats, depende no solo de la financiación constante para el uso de sumergibles, sino también de nuestra capacidad continua de obtener permisos de investigación para continuar trabajando en el Parque Nacional Coiba”.