El huracán Florence comenzó a azotar este jueves la costa este de Estados Unidos con vientos y lluvias diluvianas, que según las proyecciones podrían causar inundaciones catastróficas, pese a que la tormenta fue degradada a categoría 2.
“Sólo porque la velocidad del viento bajó, la intensidad de la tormenta bajó a dos, por favor no bajen la guardia”, advirtió Brock Long, director federal de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA).
La inmensa tormenta se debilitó durante la noche a categoría 2, de 5 en la escala de Saffir-Simpson, pero las autoridades advirtieron de los riesgos de los potentes vientos de 165 kph y las lluvias torrenciales.
“El huracán #Florence va a desacelerarse a medida que se acerque a la costa y avance por tierra. Esto va a provocar inundaciones extremadamente peligrosas”, dijo el organismo de emergencias.
Cerca de la línea costera los vientos ya se hacían notar este jueves y la localidad de Myrtle Beach, en Carolina del Sur, estaba prácticamente desierta.
“Yo me sentía bien hasta que me desperté esta mañana y vi que era una ciudad desierta”, contó un residente de 40 años que dijo que se refugiaría en Charlotte, tierra adentro.
A las 14h00 hora local (18H00 GMT), Florence todavía estaba sobre el océano a uno 230 kilómetros al este-sureste de Wilmington, en Carolina del Norte, avanzando hacia el noreste con una velocidad de 17 kilómetros por hora, dijo el El Centro Nacional de Huracanes (NHC).
Según Steve Goldstein de la Oficina Nacional de la Administración Oceánica y Atmosférica dijo que la velocidad de Florence había disminuido durante la noche por lo que no se esperaba que tocara tierra en los estados de Carolina del Norte y del Sur, al menos en otras “36 horas”.