El gobierno de Nicolás Maduro suspendió de “forma indefinida” vuelos y zarpes hacia Curazao, Aruba y Bonaire, y anunció la revisión de relaciones con las tres islas del Caribe en su ofensiva para impedir el ingreso de ayuda humanitaria a Venezuela el sábado.
“Ante el anuncio del gobierno de Curazao de servir de centro de acopio para una supuesta ayuda humanitaria forzada hacia Venezuela hemos decidido suspender todo tipo de vuelos privados, comerciales y tráfico de embarcaciones entre Venezuela” y esas islas, informó este miércoles la vicepresidenta Delcy Rodríguez.
Rodríguez, quien dijo que las medidas se mantendrán por “tiempo indefinido”, acusó a Curazao de “prestarse para un show” que “lo único que procura y pretende es la intervención de Venezuela” por lo que se acordó “poner bajo revisión las relaciones con estos países”, subrayó.
El cierre de fronteras marítimas y aéreas, adelantada a AFP el martes por un jefe militar, se suma al bloqueo con obstáculos de un puente en Tienditas, estado Táchira, fronterizo con la ciudad colombiana de Cúcuta, donde se instaló un centro de acopio de ayuda procedente en su mayoría de Estados Unidos.
La ayuda humanitaria es un tema sensible en el país, sumido en una severa escasez de fármacos y una hiperinflación que dificulta la compra de alimentos y otros bienes esenciales. No obstante, Maduro ha negado que exista una “emergencia humanitaria” y achaca la debacle a sanciones y “bloqueos” de Washington.
Brasil abrirá otro centro en el estado fronterizo de Roraima para recibir la ayuda promovida por el jefe parlamentario Juan Guaidó, reconocido como presidente por 50 países, luego que el legislativo declarara la “usurpación” de Maduro en el cargo.
La Fuerza Armada, principal sostén de Maduro, se declaró “en alerta” para evitar una violación del territorio con el anunciado ingreso de la ayuda, rechazando llamados del gobernante estadounidense Donald Trump y Guaidó para que desobedezcan las órdenes de Maduro.