La CSS ha realizado 20 trasplantes en niños menores de 14 años, desde 1995 hasta el 2014.
La infección urinaria puede llevar a una pielonefritis (infección del riñón y de la pelvis renal) y se puede presentar en bebés recién nacidos hasta niños grandes. Ese tipo de infección a largo plazo puede desembocar en un fallo renal.
En Panamá la falla renal, en menores de 14 años, la lideran las deformaciones del tracto urinario y le siguen las enfermedades renales concuminantes, como lo es el síndrome nefrótico y las terceras son las subsecuentes, como las inmunológicas y otras.
Es por ello que la participación de los padres es importante para identificar los factores que determinan que el infante está presentado una infección urinaria, para ser tratada rápidamente, puesto que, la recurrencia puede llevar a la insuficiencia renal a largo plazo, señaló Ramiro García Barrios, médico pediatra y urólogo, subcoordinador nacional de Hemodiálisis de la Caja de Seguro Social (CSS) y jefe del Departamento de Nefrología Pediátrica del Hospital de Especialidades Pediátricas Omar Torrijos Herrera de la CSS.
El galeno afirmó que los padres juegan un papel preponderan ya que son los que están más cerca de los infantes y pueden notar más rápidamente los cambios de color, olor y actitud de los niños al momento de orinar.
Enfermedad renal en niños, ¿cómo evoluciona?
“Las enfermedades de carácter inmunológicas han disminuido con las nuevas terapias y tratamientos, que son un poco costosas, pero en la CSS contamos con los medicamentos adecuados y a estos pacientitos les ha ido muy bien con el tratamiento”, detalló el médico pediatra y urólogo de la CSS.
Para entender el por qué hay niños con enfermedad renal, según el nefrólogo pediatra, los niños son seccionados en dos grandes grupos, que son: Con tracto urinario normal: en este caso, es un niño que presenta infecciones urinarias bajas (a nivel de la vejiga y uretra), y las tiene continuas.
Las bacterias comunes, como la e.coli, es la más común a cualquier edad, es la bacteria que está típicamente en el excremento y tiene la facilidad de emigrar y puede subir hacia la vía renal, por vía ascendente, pero también puede meterse en sangre y producir alteraciones sistémicas (aparte de riñón) en otros órganos; principalmente lo vemos el recién nacido. Una infección en las vías urinarias fácilmente puede emigrar hacia los pulmones o cerebro, o a cualquier otro lugar del cuerpo. Cuando ocurre esta emigración, la pielonefritis es la más frecuente.
La enfermedad renal puede presentarse en un niño sano cuando los factores de riesgo no son corregidos a tiempo.
Los factores de riesgo en un niño sano son: padecer de estreñimiento, no tener la limpieza correcta (importante que las niñas se limpien de adelante hacia atrás), precaria ingesta de líquidos, aguantar las ganas de orinar y no aplicar el tratamiento antiparasitario.
Si no se toman estos correctivos a tiempo se corre el riesgo de padecer una pielonefritis, esta enfermedad forma cicatrices en riñón y las cicatrices renales son “daños en el riñón”, que puede ser desde leves hasta severos y “disminuir la función renal”, que con el tiempo puede caer en falla renal. “Está bien descrito que con una sola infección urinaria severa puede haber un daño que puede lesionar hasta el 50 por ciento de la función; y repetidas, van llevando a más problemas severos en el área renal”, detalló el galeno.
El niño que nació con tracto urinario con alguna alteración: que ha sido operado, que necesita cateterismo, colocación de sondas para poder orinar, vejigas neurogénicas (porque tienen el problema de la espina bífida); son niños que tienen más predisposición a infecciones urinarias recurrentes, que aparte de tener todos los factores de riesgos de un niño con el trato urinario normal, tienen el factor de riesgo de un tracto urinario alterado.
Con estos niños se tiene que tener más cuidado, dijo el especialista, ya que son niños de alta especialidad de manejo multidisciplinario y estricta disciplina; si ellos no se someten a una estricta disciplina va a llegar a una falla renal, que es una las características de la enfermedad renal crónica en la niñez.
Factores a reconocer:
Por la parte preventiva, García menciona que es importante tener presente los cuidados generales con los niños, ya sea recién nacido o grande, que pueden presentar ciertos síntomas que indican una infección renal; entre ellos están:
Fiebre: se puede presentar a cualquier edad en pediatría y la fiebre es un diagnóstico y reto para el médico que lo va a ver, porque tiene que buscar para determinar de qué proviene.
El color y olor de la orina: los recién nacidos tienen una orina transparente, pero si la orina cambia a rojo o rosado, puede estar frente a una infección.
En cuanto al olor la madre debe identificar cuando es normal y cuando se sale de ese parámetro, lo primero que debe hacer es hidratarlo y rehidratarlo y si ve que persiste y se acompaña de uno de los signos anteriores, “estamos frente a un cuadro de infección urinaria”, afirmó el especialista.
Ardor al orinar: en el bebé es un poco difícil determinarlo porque los niños orinan a cada rato y si está llorando a cada rato se puede confundir como cólico, pero realmente es que tiene infección en la orina. Los niños más grandes sí pueden decir que al orinar les duele.
Retención de orina: Los niños pueden aguantar las ganas de orinar o pueden orinar poco o no terminan de orinar por estar entretenidos con el juego.
Orinar frecuentemente, incluso de noche, cuando antes no lo hacía.
Vaginitis (en las niñas): En las niñas, un poquito más grandes, pueden tener hasta secreciones tranvaginales, esa secreción significa una vaginitis que puede llevar a una infección de vías urinarias. La vaginitis es una condición que puede llevar a una uretritis (infección de las vías urinarias).
El especialista señaló que las infecciones pueden ser en vejiga, uretra o en el riñón (a este último se le conoce como Pielonefritis). Hay diferentes lugares donde puede estar localizada la infección.
Si está localizada en la uretra, hay una orina que al inicio empieza a doler y después se quita el dolor.
Si la molestia es en la vejiga, empieza a orinar sin dolor y termina con dolor.
Si tiene las dos afectadas, empieza y termina con dolor.
Cuando es renal, los síntomas son más severos y el paciente, por lo general, se ve tóxico, se ve en mal estado general puede presentar también: vómito, diarrea, fiebre muy elevada y sostenida y se siente mal en general.
Prevención
Para la parte preventiva, García menciona que es importante que la madre vigile:
Que el niño orine y que termine de orinar (este último es importante porque hay goteo posterior y por la humedad lo predispone al crecimiento de bacterias).
Estar pendiente de las características de la orina (color, olor y si duele o no al orinar).
Aseo permanente, sobre todo en las niñas (es recomendable que las niñas se cambien su ropa interior dos veces al día).
Evitar el exceso de limpieza, sobre todo en niñas, no utilizar mucho jabón o jabones de adultos. Solo utilizar jabones humectantes.
Tomar un litro de agua durante el horario de 6:00 de la mañana a 6:00 de la tarde.
Educar al niño que al salir a los recreos debe tomar un vaso de agua e ir a orinar.
Debe hacer este ejercicio para educar al cuerpo a injerir agua y vaciar la vejiga.
Estar vigilantes de la evacuaciones fecales adecuadas (no bolitas, no debe ser duro, ya que es un signo de estreñimiento), de ocurrir hablar con su pediatra para hacer el tratamiento adecuado.