Con el 64% de los votos contados, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Sánchez es el vencedor
El presidente y líder socialista español Pedro Sánchez ganó sin mayoría absoluta las elecciones legislativas de este domingo, y la extrema derecha de Vox se disparó y es la tercera fuerza en un Parlamento que augura un bloqueo político persistente.
Con casi el 64% de los votos contados, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Sánchez es el vencedor, con 124 escaños de los 350 de la cámara baja, uno más que el total cosechado en las legislativas del 28 de abril, cuando se impuso también sin mayoría absoluta.
La subida más espectacular la protagonizó Vox, que capitalizó la crisis con el separatismo en Cataluña y sumaba 52 escaños, más del doble de los 24 obtenidos en abril.
El conservador Partido Popular (PP) subió también con fuerza, de 66 a 83, mientras que Ciudadanos, la formación de centro-derecha liberal, fue pulverizada al caer de 57 diputados a sólo 10.
La izquierda radical de Podemos cedía, quedándose en 35 diputados, y su escisión Más País entra en la cámara con 3 diputados.
En cualquier caso no hay mayoría absoluta ni para el bloque de derechas (PP, Vox y Ciudadanos) ni para las izquierdas (PSOE, Podemos y Más País), que globalmente superan a los conservadores.
El panorama amenaza con prolongar el bloqueo crónico que atenaza la política española desde 2015, cuando la irrupción de Podemos y Ciudadanos puso fin al tradicional bipartidismo PSOE/PP.
Desde entonces ha habido cuatro elecciones legislativas, gobiernos débiles y poca legislación en el Parlamento de un país que ahora enfrenta señales serias de ralentización económica.
La de este domingo fue una repetición electoral consecutiva al fracaso de PSOE y Podemos de acordar, el pasado verano, un gobierno de coalición que habría sido el primero en estas cuatro décadas de democracia en España.
– Mucha Cataluña –
“He votado a la derecha, porque las cosas más importantes son la unidad de España y (garantizar) las pensiones”, indicó a la AFP Rafael García, de 84 años, en el madrileño barrio de Hortaleza, donde muchas ventanas estaban adornadas con banderas españolas.
Una de las dominantes de la campaña fue Cataluña, donde sigue vivo el pulso del separatismo contra el Estado.
La temperatura se disparó con la condena en octubre de nueve líderes independentistas a penas de prisión de entre 9 y 13 años de cárcel, por su papel en el fracasado intento de secesión de 2017.
La sentencia dio paso a una semana de disturbios en Cataluña, que llenó las televisiones de imágenes de barricadas ardiendo y cargas policiales, y dejó un saldo de unos 600 heridos.
“Me planteé no votar, otra vez, ¡qué pesadilla!, pero luego me habría disgustado si gana la derecha con la ultraderecha”, dijo Mari Carmen López, 25 años, luego de dar su voto en el barrio barcelonés de Sant Andreu a Podemos.
El principal beneficiado de la crisis catalana fue Vox, un partido que entró en el Parlamento el pasado abril y cuyo líder, Santiago Abascal, propugna “soluciones drásticas”: suspender la autonomía catalana, ilegalizar a los partidos soberanistas, y detener al presidente de la región, Quim Torra.
Los partidos separatistas también salieron reforzados, ya que las tres listas que se presentaron sumaban 24 diputados de 48 en juego, dos más que en abril.
Sánchez no dejó de acusar a PP y Ciudadanos de tener un discurso “colonizado” por Vox, gracias al cual gobiernan las regiones de Andalucía y Madrid, y la alcaldía de la capital española.
– Una economía ralentizada –
Durante la campaña, Sánchez cumplió una de sus promesas realizadas al poco de llegar al poder en junio de 2018: exhumar los restos del dictador Francisco Franco del mausoleo donde descansaba desde su fallecimiento en 1975.
Poco se habló en cambio de economía, pese a los recientes indicadores que apuntan a una ralentización en la cuarta potencia del euro.
Por ejemplo, la Comisión Europea recortó esta semana cuatro décimas las previsiones de crecimiento para 2019 y 2020, a 1,9% y 1,5%.
El crecimiento del PIB español seguirá no obstante por encima de la media de la Eurozona.
Aunque el analista Holger Schmieding, del banco alemán Berenberg, advierte de que esa ventaja “va camino de reducirse en los próximos trimestres, a menos que un nuevo gobierno consiga al fin desactivar el problema catalán y retomar las reformas favorables al crecimiento”, algo “improbable” por ahora.