¿Cuántas veces escuchaste hablar de Amazon, JD.com, Alibaba, eBay, Rakuten, Zalando, OTTO, Flipkart o Zappos? Quizás hasta antes que el Covid-19 apareciera en nuestras vidas habías escuchado de estas empresas “por encima” como decimos los panameños, pero sin saber con exactitud a que se dedican o como mucho lo que sabías era que “vendían cosas por internet”.
Pero el Covid no solo ha modificado nuestras vidas del lado sanitario o social, sino también nos ha cambiado nuestras costumbres de hacer compras prácticamente hasta las más mínimas. Y aquí vamos a hablarte de la manera más simple y entendible, para que vayas acostumbrándote a este tipo de comercio que si bien ya existía en Panamá, la pandemia nos ha hecho aprender a la fuerza con más rapidez esto del e-comerce o comercio electrónico.
El e-comerce es literalmente la venta de cualquier cosa que necesites de manera virtual –por internet- y lo mejor que tiene es, que puedes comprar en cualquier lugar del mundo sin moverte de tu casa. Claro que hay varios “actores” que influyen en esta nueva moda y las empresas mencionadas arriba, son precisamente las que mueven el comercio mundial con facturaciones que superan el PBI de países enteros.
Pero, ¿qué sucede en Panamá con esta forma de comprar? ¿Estamos los panameños listos para comprar por internet? ¿Es confiable? ¿Quiénes pueden hacerlo? ¿Cuantos comercios están listos? Muchas son las preguntas, verdad?. Tranquilo, no estamos a la altura de países que ya dominan ampliamente este tema (Japón o EEUU nos llevan 20 años en esto), ¡pero tampoco estamos en pañales y lo bueno es que vamos avanzando a pasos gigantescos!
Para empezar, hay que destacar que el uso de los Smartphone ha ayudado enormemente a comprar de manera virtual. Según las empresas de telefonía, Panamá cuenta con casi 7 millones de líneas de celulares y el año pasado el 40% de los panameños tenían 2 celulares. O sea, hay más celulares que población en el país.
Hoy por hoy todos los bancos del país tienen sus app en la cual ha facilitado que los clientes puedan transferir, pagar servicios como cable, data, seguros médicos, impuestos como luz, agua y claro, comprar por internet!.
Para que tengamos una idea del impacto de estas compras, podemos decir que hasta hace solo 10 años atrás, el comercio electrónico llegaba al 1 o 2% del volumen que Panamá movía. Hasta antes de la pandemia ese volumen había aumentado un 15%. Pero en tan solo 70 días de pandemia, el volumen aumento un 35%, o sea, en poco más de 2 meses aumentó más del doble que en 10 años.
Y ante esta escalada de ventas on line, es a lo que nos estamos acostumbrando, pudiendo comprar casi de todo, ¿Tienes un antojo y quieres comer las clásicas hamburguesas con papas fritas? Solo bajas el app de tu comida chatarra, ordenas tu menú, transfiere de tu cuenta el monto solicitado, espera tu delivery y listo, ¡prepárate para comer!
¿Quieres comprar algún artefacto electrónico como una laptop o una nevera o estufa? Con tan solo visitar la página web de tu comercio preferido o con la aplicación del mismo comercio, en cuestión de horas te lo llevan a tu casa. ¿Y qué sucede con los supermercados? Ya Panamá cuenta con algunas cadenas de supermercados que ofrecen compras en líneas y delivery gratis, hasta la puerta de tu casa dependiendo del monto de la compra.
Este tipo de comercio es usado ampliamente en consumidores que van desde los 18 a los 60 años y su aplicación es cada vez más sencilla de usar. Semana a semana aumentan los adeptos que desafían a los comercios a modernizarse en sus redes sociales para atraer a ese público ávido del consumo y que el COVID se ha encargado de mantenerlos en sus hogares.
El e-comerce en Panamá –aunque a nivel regional estemos lejos en cifras de volúmenes impactantes, es un muy atractivo “pastel” de varios cientos de millones de dólares, al cual las grandes cadenas comerciales pelearán “porción a porción” para no quedarse afuera.
También no ignoramos que hay otros que aún no se acostumbran a estas compras y que prefieren el “método tradicional”. Por ejemplo, podemos mencionar a personas muy mayores de edad, también aquellos que no gustan de la tecnología, personas que ni siquiera tienen una cuenta bancaria y las muy pocas, aquellas que no tienen celular o son teléfonos obsoletos.
Aquí hay otro desafío muy grande que afrontar. Panamá tiene una economía muy informal todavía (según Contraloría, el año pasado el país tenía el 45% de su economía informal) y allí el Gobierno tiene que empezar a tener ideas que fomenten más el uso del comercio electrónico ( por ejemplo podría bajarse algunos impuestos a las empresas que usen cualquier plataforma virtual), hacer más campaña mostrando los beneficios de estar “bancarizado”, mejorar la conectividad del internet en nuestro país donde aún hay áreas que -a pesar del tamaño pequeño de Panamá-, son de difícil acceso en materia tecnológica y en otros lugares donde el internet ni llega ( empresas de telefonía, a ponerse las pilas en materia de inversión!)
En fin, hay mucho en que trabajar todavía. Somos un mercado chico en materia poblacional, pero de muchísimas posibilidades de negocios y muy atractivo por nuestra economía dolarizada y que tuvo hasta antes de la pandemia, la mayor tasa de crecimiento per cápita de América Latina. ¡El desafío ya está en marcha, el Covid nos “empujo” a comercializar de otra manera, a reinventarnos y ahora todo depende de nosotros!
La Autora es licenciada en Relaciones Públicas
Muy bien dicho, este artículo nos habre la mente y nos muestra la cruda realidad en qué vivimos en cuanto a materia de comercio, ya qué es el principal factor de la economía panameña, espero de qué podamos acoplarnos a tal punto de qué el comercio panameño vuelva hacer lo mismo de antes mediante el comercio electrónico y las tecnologías de ultimo momento.