La Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró el 17 de julio que la pandemia había alcanzado una “meseta” en Brasil, pero esta parece interminable y por momentos con tendencia ascendente.
El nuevo coronavirus ya provocó la muerte de más de 90.000 personas en Brasil, donde la pandemia no da tregua con un promedio semanal de más de 1.000 fallecidos por día desde inicios de julio, según datos divulgados este miércoles por el Ministerio de Salud.
En las últimas 24 horas se registraron 1.595 decesos, llevando el total a 90.134. Se trata de un récord diario desde el primer fallecimiento el 16 de marzo, aunque debe ser relativizado porque incluye el balance del martes en el estado de Sao Paulo, que había quedado retrasado.
También hubo un récord de contaminaciones (69.074 en 24 horas), que ahora suman 2.552.265. Los expertos estiman, sin embargo, que el número de contagios está muy infravalorado, debido a la falta de test en el país.
La enfermedad detectada por primera vez en China a fines de diciembre de 2019 llegó a Brasil en febrero, después de haber provocado miles de muertos en Europa. Desde entonces el país sudamericano, de 212 millones de habitantes, se convirtió en el segundo más golpeado, detrás de Estados Unidos (con 4,3 millones de casos y casi 150.000 muertos).
La escalada de óbitos mantiene una constancia aterradora, con un aumento de 10.000 aproximadamente cada 10 días: la barrera de los 60.000 se superó el 1 de julio, la de los 70.000, el 10 de julio y la de los 80.000, el 20. De mantenerse este ritmo, expertos citados por los medios estiman que deberían superarse los 100.000 muertos la semana que viene y que, a fin de año, podría haber 200.000.
El combate contra la pandemia se vio comprometido en gran medida por la falta de coordinación entre el gobierno federal, los estados y los municipios, en un contexto de extrema polarización.
El presidente Jair Bolsonaro lleva a cabo una campaña sin cuartel, en nombre de la supervivencia económica del país, contra los gobernadores que impusieron medidas de aislamiento.
Y la mayoría de los estados se hallan en un proceso de desconfinamiento juzgado prematuro por los expertos.
– “Meseta” en duda –
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró el 17 de julio que la pandemia había alcanzado una “meseta” en Brasil, pero esta parece interminable y por momentos con tendencia ascendente.
Desde el 3 de julio, el promedio diario de muertos evaluado sobre los últimos siete días se mantiene sistemáticamente por encima de 1.000. Y el promedio de nuevos casos supera los 30.000 por día desde el 19 de junio, y los 40.000, desde el 24 de julio.
El secretario de Vigilancia de Salud del ministerio, Arnaldo Medeiros, afirmó este miércoles en una conferencia de prensa que el aumento del número de casos se debe a que ahora se está “haciendo un diagnóstico más precoz de la enfermedad”.
Al ser interrogado sobre si aún podía decirse que Brasil estaba en una “meseta”, respondió: “Tenemos que evaluarlo cada semana (…). Pero aún estamos dentro de una variación de más o menos 5%” en los balances.
– Diferencias regionales –
Sao Paulo, el estado más poblado del país, es también el más golpeado en números absolutos, con más de 514.000 casos y 22.839 muertos (un cuarto del total). Pero proporcionalmente (488 decesos por cada millón de habitantes) se sitúa apenas por encima de la media nacional (429 muertos/ millón h).
Río de Janeiro es el segundo estado con más muertos (13.198) y también uno de los más afectados, con 764/millón h.
En el promedio de muertes sobre siete días, se observa en las últimas semanas un aumento de decesos en los estados del sur y del centro-oeste que al principio habían sido preservados por la covid-19.