Bajo las estrellas y el calor estival, los cines al aire libre representan un remanso de paz en el tumulto de la capital helena.
Verdaderas instituciones del verano ateniense, los cines al aire libre se han tenido que conformar con una temporada corta a causa de la pandemia, y por el miedo al coronavirus, que disuade al público de acercarse a ver un filme bajo las estrellas.
Perfumado por el aroma del jazmín y ambientado por el canto de las cigarras, el cine Zephyros, inaugurado en 1932, está gestionado desde hace más de 30 años por la familia Mouzakioti.
“Tradicionalmente, abrimos las puertas del cine el domingo de Pascua” pero este año no abrimos hasta el 1 de junio, explica a la AFP la propietaria, Georgia Mouzakioti.
Apoyada en la pared color burdeos del cine al aire libre, su hija, Konstandina Mouzakioti, hace mala cara. “No me gusta esta situación, el ambiente no es muy propicio al placer”, comenta la gerente, entre calada y calada de cigarrillo.
Su madre lamenta “un periodo de explotación mucho más corto y perturbado por las medidas sanitarias”.
La desinfección que sigue a cada sesión, las marcas en el suelo, la obligatoriedad de llevar mascarilla para los empleados y la reducción del número de localidades han alterado la atmósfera y limitado la experiencia.
“El cine puede acoger hasta a 250 personas en época normal. Hoy, solo tenemos 125 asientos disponibles, separados unos de otros”, explica la madre, Georgia Mouzakioti. “Hay pocos turistas extranjeros y las personas mayores han desertado. El periodo no es fácil”, resume, abanicándose.
Bajo las estrellas y el calor estival, los cines al aire libre representan un remanso de paz en el tumulto de la capital helena. Una salida nocturna que no pasa de moda de la que disfrutan cada verano tanto los griegos como los turistas. Pero este año, con más de 5.600 casos de coronavirus y 213 muertos en Grecia, el sector se ha visto fuertemente impactado.
– Un millón de entradas menos –
Aunque madre e hija Mouzakioti aseguran que el número de entradas en su cine es comparable al del año pasado, las cifras muestran una realidad más agobiante.
En junio y julio, apenas se vendieron 356.000 entradas de cine en Grecia (tanto en salas como al aire libre), frente a los más de 1,3 millones que se vendieron en el mismo periodo el año pasado, según los datos del Centro griego de Cinematografía (CGC).
A una menor capacidad y al miedo de contraer el virus por parte de algunos espectadores, se añade el hecho de que la producción cinematográfica ha acumulado muchos retrasos en los últimos meses. “Los grandes carteles que atraen al público fueron aplazados”, explica a la AFP Christos Katselos, del CGC.
“Una nueva costumbre de consumo, desarrollada durante el confinamiento, a partir de plataformas de video en ‘streaming’, también podría perjudicar a los cines al aire libre”, apunta. “Todas las nuevas películas estrenadas han fracasado”, señala Andreas Kontarkis, gerente de los cines al aire libre Karmen, Stella y Dafni. Según él, sus tres espacios han recibido un 60% menos de espectadores que otros años.
– “Aguas turbias” –
Los tradicionales entreactos, propicios al consumo, se eliminaron para evitar concentraciones en los bares de los cines. Una medida que los gerentes entienden pero que, indudablemente, les genera importantes pérdidas.
“Hacemos todo lo posible para limitar la interacción de las personas y nos encontramos con salas casi vacías”, se queja Kontarakis.
Como sus colegas del sector, él también asegura que no ha recibido ninguna ayuda financiera por parte del Estado.
“Navegamos por aguas turbias”, resume Nina Veligradi. Programadora en la filmoteca de Grecia desde hace quince años, intenta adaptarse a esta situación inédita orientando la selección de filmes a un público más joven que en años anteriores.
“También ofrecemos muchas redifusiones este año, es más barato y menos arriesgado”, explica, preocupada por limitar los gastos, en vista de que el futuro se augura bastante incierto.
“No podemos hacer ningún plan, estamos a la expectativa. Cada semana recibimos nuevas consignas que hay que aplicar”, lamenta.
Instalado en las callejuelas del turístico barrio de Plaka, el Cine Paris permanecerá cerrado todo el verano. “A causa de la pandemia, unas obras indispensables y previstas se retrasaron”, anuncia el cine al aire libre en su página web. A los pies del monte Licabeto, el Dexameni también echó la persiana por este año.