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El cargo de que Maxwell le ‘procuraba’ chicas a Epstein es central para el caso

El cargo de que Maxwell le ‘procuraba’ chicas a Epstein es central para el caso
Audrey Strauss, fiscal federal interina para el Distrito Sur de Nueva York, encabeza una conferencia de prensa en Nueva York el jueves 2 de julio de 2020, en la que anunció el arresto de Ghislaine Maxwell. Foto: Jose A. Alvarado Jr./The New York Times

Annie Farmer tenía 16 años cuando llegó al rancho de Jeffrey Epstein en Nuevo México en 1996 con el propósito de cursar un programa para estudiantes de preparatoria y se topó con la sorpresa de que era la única participante.

Ahí conoció a la compañera de Epstein, Ghislaine Maxwell, quien fue muy amistosa y le hizo preguntas sobre sus compañeros de escuela y su familia. Maxwell y Epstein la llevaron a algunas tiendas y le compraron muchos regalos, como productos de belleza y unas botas vaqueras nuevas, según se relata en documentos que Farmer presentó el año pasado cuando promovió juicio.

Esta conducta aparentemente inofensiva en realidad formaba parte de un proceso destinado a “preparar” a Farmer para tener actividad sexual, según dicen ahora las autoridades. Maxwell comenzó a ejercer presión sobre Farmer para que le diera un masaje de pies a Epstein, según se dice en el juicio, y esos encuentros fueron escalando, hasta que, según relató Farmer, un día al despertar vio que Epstein entraba a su habitación; luego se metió en su cama y presionó su cuerpo contra el de ella.

Ahora que Maxwell enfrenta acusaciones de que ayudaba a Epstein a reclutar chicas incluso de solo 14 años de edad con el propósito de explotarlas sexualmente, el concepto de que entrenó a las chicas para complacer sexualmente es esencial para el caso penal en su contra. Se hacen referencias a la explotación sexual en nueve ocasiones en la acusación oficial de 18 páginas en contra de Maxwell.

Las actividades para reclutar chicas con la intención de que tengan relaciones sexuales desde hace tiempo se han mencionado en casos que involucran a víctimas menores de edad, pero el concepto ha adquirido mayor importancia en la era del movimiento #MeToo, pues los fiscales están más dispuestos a presentar cargos de delitos sexuales en casos en que se obliga a las víctimas a tener relaciones sexuales sin que exista fuerza física.

La idea de entrenar a chicas para complacer sexualmente ha influido para declarar culpables de cargos de abuso sexual a acusados de alto calibre, como el productor cinematográfico Harvey Weinstein y el médico de gimnastas Larry Nassar.

“No es un término legal; no lo encuentras en la legislación”, explicó Anne Milgram, antigua fiscal del Departamento de Justicia que se dedicaba a casos de tráfico sexual. “Entrenar para dar placer sexual es lo que hacen los depredadores cuando encuentran a una joven e intentan derribar las barreras mentales que puede tener la persona para acceder a esa conducta”.

La manipulación psicológica por lo regular comienza con interacciones normales, como dar regalos o ponerle especial atención a un menor, explican los psicólogos.

Poco a poco, el depredador irá exponiendo a la víctima a conductas sexuales, como toqueteo ligero, para desensibilizarla en lo que respecta al sexo. El objetivo del proceso es acabar con su resistencia y reducir la probabilidad de que las víctimas reconozcan el abuso o lo reporten.

“Si logras que la persona crea que es responsable de su propio comportamiento, que es cómplice, entonces no siente que pueda quejarse”, dijo Chitra Raghavan, profesora de Psicología en el Colegio de Justicia Penal John Jay, quien ha testificado en calidad de testigo experto en casos federales de tráfico.

Robert Hadden, quien era ginecólogo y enfrenta cargos de abuso sexual de pacientes, entrenaba víctimas para participar en actividades sexuales, según las autoridades. Foto:Jefferson Siegel/The New York Times

Maxwell, quien fue arrestada en julio, se declaró inocente en respuesta a la acusación que incluye seis cargos, entre ellos conspiración y transporte de menores para participar en actividades sexuales criminales. Los abogados de Maxwell no respondieron a nuestras solicitudes de comentarios.

La acusada siempre ha negado haber incurrido en actividades indebidas en los juicios promovidos en su contra en los últimos diez años, en los que se le acusaba de haber posibilitado los abusos de Epstein.

Un vocero de la oficina del fiscal de Manhattan se negó a hacer comentarios.

El arresto de Maxwell ocurrió un año después de que se presentaron cargos contra Epstein, de 66 años, en julio de 2019, por la explotación sexual de decenas de chicas y mujeres en la ciudad de Nueva York, Florida y otros lugares. Aproximadamente un mes más tarde, se ahorcó en una celda de la cárcel mientras esperaba su juicio.

Los fiscales han dicho que Maxwell, de 58 años, reclutaba a adolescentes para Epstein, a sabiendas de que era un depredador que planeaba abusar de ellas, por lo regular mientras le daban masajes sin ropa.

La acusación indica que el comportamiento sexual de Maxwell con Epstein frente a las menores, así como su presencia en carácter de mujer adulta durante las interacciones sexuales de Epstein con ellas, era de vital importancia para el proceso de entrenamiento de las menores.

“Algo acerca de que una mujer sea la intermediaria puede hacer que una chica se sienta más cómoda”, comentó Milgram, la antigua fiscal que se dedicaba a casos de tráfico sexual, y añadió: “Quizá eso lograba que algunas de las mujeres más jóvenes decidieran bajar la guardia”.

Algunos expertos legales afirman que en ciertas ocasiones los fiscales utilizan pruebas de que se entrenaba a las víctimas para complacer sexualmente al depredador para refutar el argumento del acusado si dice que la actividad sexual fue voluntaria.

En el caso de Maxwell, quizá también se emplee para intentar demostrar que su intención era cometer un delito, es decir, que sabía que las menores serían víctimas de abuso sexual.

Uno de los cargos, por ejemplo, se basa en una ley que tipifica como delito “persuadir” a una menor de viajar a través de divisiones estatales para participar en actividades sexuales ilícitas.

“El hecho de que las entrenara para la actividad sexual es muy importante para probar que tenía esa intención, para demostrar que tenía la intención específica de hacerlas viajar con el objetivo de tener sexo”, señaló Taryn Merkl, un ex fiscal federal en la ciudad de Nueva York que supervisaba casos de tráfico humano.

Autores: Nicole Hong and Benjamin Weiser

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