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¿Las pieles exóticas pasaron de moda?

¿Las pieles exóticas pasaron de moda?
Modelos presentan atuendos fabricados con estampados de pitón en el desfile de la colección primavera 2017 de Balmain en París en 2016. Foto: Valerio Mezzanotti/The New York Times

Algo faltaba de manera evidente en la pasarela virtual de la Semana de la Moda de Estocolmo el 25 de agosto, y no solo se trataba de la audiencia presencial.

Cinco días antes, los organizadores del espectáculo dijeron que las pieles finas y exóticas habían sido prohibidas en la selección. No fue sorprendente que se prohibieran; al menos entre los consumidores occidentales más jóvenes, las pieles para peletería (como las de visión, zorro, etcétera) han estado perdiendo popularidad de manera constante, por lo que incluso baluartes de las marcas de lujo como Burberry, Gucci y Prada tuvieron que deshacerse de este material con el fin de conservar los corazones y las carteras de sus clientes.

Las pieles exóticas, por otro lado, son una inclusión algo nueva. Aunque en la Semana de la Moda de Londres, una de las cuatro principales semanas de la moda, se prohibió la peletería en 2018, los únicos desfiles que también prohibieron en 2018 las pieles exóticas —el material con que se fabrican los bolsos de cocodrilo, los abrigos de pitón, las carteras de galuchat y los tacones de aguja de mantarraya— fueron las semanas de la moda menos publicitadas de Melbourne y Helsinki.

No obstante, abundan señales de que se acerca el juicio de las pieles exóticas, en parte impulsado por la pandemia, que podría estar relacionada con el tráfico ilegal de animales silvestres.

Antes de la propagación del coronavirus, marcas como Chanel, Diane von Furstenberg y Mulberry ya estaban eliminando las pieles exóticas, que alguna vez fueron parte indispensable de la alta costura, debido a las preocupaciones en torno al bienestar animal y otras inquietudes respecto a la cadena de producción. En medio de la pandemia, el impulso solo ha aumentado.

Mulberry dejó de usar cocodrilos, avestruces y lagartos en mayo. Cuando PVH Corp., propietaria de Calvin Klein y Tommy Hilfiger, actualice su política de bienestar animal este año, las pieles exóticas se unirán a las pieles finas (no curtiembres) y la angora en su lista de materiales prohibidos, de acuerdo con una portavoz de la compañía.

PVH rechazó hacer comentarios acerca de la decisión, pero la organización de Personas por el Trato Ético de los Animales se ha estado esforzando arduamente por vincular las pieles exóticas, uno de los últimos objetivos en la batalla a favor de los derechos de los animales, con los mercados de alimentos de Wuhan, China, y estuvo ejerciendo mucha presión sobre el grupo de diseñadores de moda.

El coronavirus pudo haberse originado en esos mercados donde “la sangre y los fluidos de animales muertos se enjuagan y se arrastran hasta la calle”, dijo Dan Mathews, vicepresidente sénior de PETA. El confinamiento y el sacrificio de animales silvestres con el fin de fabricar bolsos y abrigos, dice PETA, generan las condiciones ideales para que patógenos similares al coronavirus puedan propagarse e infectar a los humanos.

Sin embargo, no todos están adoptando la iniciativa. En junio, durante la reunión anual de LVMH, el conglomerado de artículos de lujo más grande del mundo, la compañía les dijo a los representantes de PETA (como parte de su estrategia, PETA adquirió acciones de LVMH en 2017) que los animales como los cocodrilos y los caimanes siguen siendo una “materia prima muy valiosa”.

Las pieles finas y la pandemia

“Creo que, si la gente no distingue estos vínculos, habrá más pandemias”, comentó Mathews. “La manera en que tratamos a los animales se relaciona directamente con la manera en que este virus se propagó por el mundo. Y todo se relaciona con los alimentos y la moda”.

La idea pareció ganar credibilidad cuando, en mayo, el gobierno neerlandés ordenó que las granjas de visones de los Países Bajos sacrificaran 10.000 animales después de que se encontraron visones infectados en diez granjas donde se crían para obtener su piel, la mayor parte de la cual se exporta, de acuerdo con el Ministerio de Agricultura, Naturaleza y Calidad de los Alimentos. El sacrificio se ordenó debido a preocupaciones acerca de que las granjas infectadas pudieran funcionar como depósitos de enfermedades que continúan el ciclo de contagio entre humanos y animales.

Se cree que los visones contrajeron el virus en abril a través de los trabajadores que entraban en contacto con ellos. El mes siguiente, las autoridades neerlandesas identificaron dos casos de humanos que fueron infectados por animales, la única transmisión de animales a humanos que se ha visto hasta la fecha.

El problema fue más revelador en agosto, cuando el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por su sigla en inglés) informó que los visones de dos granjas en Utah dieron positivo a pruebas del virus —los primeros casos de su tipo confirmados en Estados Unidos—, después de que murió una cantidad “inusualmente grande” de animales, según señaló la agencia.

Las granjas afectadas también reportaron infecciones de personas que tuvieron contacto con los visones, que, según el USDA, se sabe que son susceptibles al virus. No hay pruebas de que los animales, incluso los visones, desempeñen un “papel importante” en la propagación del coronavirus en los humanos, señaló mediante un comunicado.

Aproximadamente el 60 por ciento de todas las enfermedades contagiosas conocidas y el 75 por ciento de todas las enfermedades infecciosas emergentes tienen un origen zoonótico, lo cual significa que pueden transmitirse de animales a humanos, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Sin embargo, muchos biólogos y conservacionistas dicen que hay una diferencia entre los mamíferos y los reptiles, y que la situación de las pieles exóticas no es, en absoluto, tan clara como podría parecer.

“Si acaso, los reptiles son una solución, no el problema”, comentó Daniel Natusch, biólogo conservacionista y miembro del Grupo de Especialistas en el Uso Sostenible de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Resulta que, aunque quizá haya muchas razones con carga moral para no comprar una bolsa Birkin de piel de cocodrilo, el temor de una nueva pandemia quizá no sea una de ellas. Incluso es posible que el comercio de pieles exóticas haga que el planeta esté más sano.

Una modelo usa una chaqueta de piel falsa de cocodrilo tras bambalinas en el desfile de la colección primavera 2019 de Tom Ford en Nueva York, el 5 de septiembre de 2018. Foto: Nina Westervelt/The New York Times

¿De reptiles a personas?

Contagiarse de COVID-19 a causa de un caimán o un cocodrilo es casi imposible debido a la disparidad genética entre los humanos y los reptiles —compartimos pocas de las mismas “llaves” y “cerrojos” a nivel celular que facilitarían la transmisión viral— pero, además, dijo Natusch, “si no fuera por la industria de los productos de lujo, grandes áreas de hábitat y todos los animales que viven en ellas habrían sido arrasados o drenados y convertidos en terrenos agrícolas o en pastizales para vacas”.

La mayoría de los cocodrilos provienen de sistemas de cría, donde los huevos son recolectados de la naturaleza y luego eclosionan y se crían en el lugar. Las serpientes y los lagartos, dijo Natusch, en gran parte son animales capturados en la naturaleza. Debido a que tanto los huevos como los animales vivos son recursos renovables, requieren de hábitats intactos para prosperar.

Cuanto mayor sea su valor, mayor será el incentivo para los proveedores de bienes de lujo, las comunidades indígenas y los gobiernos locales de protegerlos. Según los datos comerciales de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES, por su sigla en inglés), entre 2003 y 2013 se importaron a Estados Unidos 11,7 millones de productos elaborados con reptiles.

De hecho, varios estudios científicos catalogados en la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos han establecido un vínculo entre la deforestación y la aparición de nuevos patógenos zoonóticos, pues la destrucción de los bosques aumenta el contacto entre los seres humanos y las especies silvestres.

Si las empresas boicotean las pieles exóticas, “morirán muchos más animales, se talarán muchos más hábitats, se perderá cada vez más biodiversidad, muchos más animales se someterán a tratamientos severos que afecten su bienestar, y los seres humanos correrán un riesgo aún mayor que antes de contraer enfermedades zoonóticas”, dijo Natusch. “Es lo irónico del asunto”.

La moda responde

A pesar de todo esto, o debido a ello, Edwina McKechnie, directora adjunta de Business for Social Responsibility, una organización mundial sin fines de lucro que trabaja con marcas en temas de sustentabilidad, dice que no ha visto que las empresas de lujo se alejen de las pieles exóticas debido a la pandemia. “De hecho, estamos viendo un enfoque continuo”, dijo McKechnie.

En 2019, LVMH promovió lo que anunció como el primer estándar mundial para el abastecimiento responsable de piel de cocodrilo, junto con tres granjas piloto que abastecen a Heng Long, una “primera y única” curtiduría de pieles exóticas en Singapur que LVMH adquirió en 2011 para tener un mejor control de su cadena de abastecimiento. Jean Baptiste Voisin, el director de estrategia, dijo en un comunicado en su momento que las regulaciones existentes “parecían insuficientes”, debido a sus requisitos de trazabilidad más débiles.

La pandemia, escribió una portavoz de LVMH en un correo electrónico, no ha hecho más que “acentuar la necesidad de preservar la biodiversidad de nuestro planeta”. Las normas de bioseguridad de CITES, dijo LVMH, se han reforzado desde el brote inicial, y LVMH está “comprometido con su implementación estricta”.

Una modelo usa una chaqueta de piel falsa de cocodrilo tras bambalinas en el desfile de la colección primavera 2019 de Tom Ford en Nueva York, el 5 de septiembre de 2018. Foto:Nina Westervelt/The New York Times

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