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Diego Maradona amaba el baloncesto. Sus estrellas también lo amaban a él.

Diego Maradona amaba el baloncesto. Sus estrellas también lo amaban a él.
Diego Maradona, exfutbolista internacional Foto/AFP

Alex English llegó a Nápoles, en el sur de Italia, en 1991 con un título de máximo anotador en una carrera de Salón de la Fama con los Nuggets de Denver, ocho selecciones para el Juego de las Estrellas en su currículo y una comprensión limitada del panorama deportivo italiano. En poco tiempo entendió que su nuevo entorno estaba gobernado por un dinamo del fútbol de 1,65 metros cuya talla competía con la de Michael Jordan.

O quizás incluso la eclipsaba en esa parte del mundo.

Incluso para un recién llegado de Estados Unidos, Diego Maradona fue una figura omnipresente durante la única temporada de English en la ya desaparecida franquicia Societa Sportivà Basket Napoli. Poco importaba que Maradona no pudiera jugar con el Nápoles durante la temporada 1991-1992 porque estaba cumpliendo la mayor parte de una suspensión de 15 meses tras dar positivo por cocaína. English de manera rutinaria hojeaba periódicos italianos que no podía leer en realidad y no dejaba de ver el flujo interminable de titulares de Maradona.

Los clubes de baloncesto y fútbol de la ciudad de Nápoles no estaban para nada bien conectados en comparación con, digamos, los del Real Madrid en España, donde Luka Doncic (ahora en los Mavericks de Dallas) solía cruzarse regularmente con las estrellas del fútbol del Real antes de dar el salto a la NBA. La suspensión ayudó a sabotear las posibilidades de English de conocer a Maradona durante la temporada en la que ambos podían ser llamados jugadores del Nápoles.

“Creo que una vez estuve cerca de él”, dijo English.

De todos modos, dejó una impresión duradera. El perfil de Maradona era tan notorio que English, en una entrevista telefónica, lo comparó con el legendario Wilt Chamberlain, así como con Jordan. Es una pena que no se hayan conocido porque Maradona, quien falleció la semana pasada a los 60 años, era un gran fanático de la NBA. En una entrevista de 2019 con TyC Sports, Maradona dijo que comenzó a admirar a los Spurs de San Antonio desde lejos incluso antes de que contrataran a su compatriota argentino Manu Ginóbili, y siguió amando la liga el tiempo suficiente para convertirse en admirador de Stephen Curry.

Tras la muerte de Maradona, Magic Johnson compartió en las redes sociales dos fotografías de él junto a Maradona y describió la experiencia de haberlo conocido como “una de las grandes emociones de mi vida”. Tal fue el aprecio de Maradona por el baloncesto que en múltiples ocasiones describió a Ginóbili como el atleta más destacado en la historia de su país. Esa modestia no era para nada común en Maradona, pero evidentemente incluso él quedó conmovido con la carrera de Ginóbili en un deporte que no tiene el mismo nivel de veneración que el fútbol en Argentina.

El difunto Kobe Bryant pasó gran parte de su juventud en Italia mientras su padre, Joe Bryant, conocido como Jellybean, jugó allí de manera profesional. Kobe Bryant se cruzó con Maradona en los Juegos Olímpicos de 2008 en Pekín y luego se refirió a él como “mi ídolo”. Maradona describió a Jordan como su ídolo, lo que ayudó a explicar las fotografías granulosas de Maradona vestido con una versión enorme de la famosa camiseta número 9 de Jordan del Dream Team mientras entrenaba para la Copa del Mundo de 1994.

Maradona, el jugador, siempre inspiró pese a todo un apoyo apasionado en el concurrido debate sobre el mejor de todos los tiempos, algo que debería ser bastante familiar para los aficionados de la NBA.

¿Maradona o Pelé? ¿El argentino que, incluso en un deporte de 11 contra 11, llevó sistemáticamente a equipos poco notables a la gloria tanto en sus clubes como en la selección nacional? ¿O el brasileño que se convirtió en uno de los rostros más famosos del mundo y un pionero en Estados Unidos con el Cosmos de Nueva York, además de tener repetidos éxitos en la Copa del Mundo?

Para llevar el debate más lejos: ¿podemos decir de manera concluyente que Maradona supera a Lionel Messi como la mejor exportación futbolística de Argentina? E incluso más allá: ¿podemos decir de forma concluyente que Messi es el contendiente principal al título de más grande de todos los tiempos de la era moderna por delante de Cristiano Ronaldo?

Mientras los conocedores del fútbol siguen luchando con este tipo de preguntas, es reconfortante ver que otro deporte de talla mundial no está más cerca de establecer su jerarquía que nosotros, los fanáticos del aro. Quizás esté bien que nadie en el baloncesto haya logrado crear una fórmula consensuada para clasificar a jugadores como Jordan, LeBron James, Kareem Abdul-Jabbar, Bill Russell, Johnson y Chamberlain, si es que acaso podemos estar de acuerdo en que esos seis serían los finalistas.

Quizás la leyenda de los Yankees de Nueva York, Reggie Jackson, tuvo la lectura correcta cuando conversó con nosotros en el momento en que James se acercaba a su cuarto campeonato. Jackson dijo que el simple hecho de aparecer en la lista final de contendientes es el mejor elogio.

Sin duda alguna, Maradona tendrá residencia permanente en esa estratosfera.

“Ojalá hubiera tenido la oportunidad de conocerlo”, dijo English. “Tenía esa cosa de un solo nombre. Cuando eres así de grande, como Maradona y Pelé, no necesitas un segundo nombre”.

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