¿Te vacunaste? Muéstranos tu aplicación

¿Te vacunaste? Muéstranos tu aplicación
Las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna se basan en el ARN mensajero y su aprobación constituye un éxito para esta tecnología que no había sido probada previamente. Foto, Frank Augstein, AFP.

Entre todas las herramientas que las instituciones sanitarias han desarrollado a lo largo de los años para luchar contra las epidemias, al menos una ha permanecido constante durante más de un siglo: los certificados de vacunación en papel.

En la década de 1880, en respuesta a los brotes de viruela, algunas escuelas públicas comenzaron a exigir a los estudiantes y maestros que mostraran sus cartillas de vacunación. En los años sesenta, en medio de las epidemias de fiebre amarilla, la Organización Mundial de la Salud introdujo un documento de viaje internacional, conocido informalmente como la tarjeta amarilla. Incluso ahora, se exige a los viajeros de ciertas regiones que muestren una versión de esa cartilla de vacunación en los aeropuertos.

Sin embargo, en este momento, en el que Estados Unidos se prepara para distribuir las primeras vacunas contra el virus, está previsto que el boleto de entrada a la reapertura de la nación llegue en gran parte en forma de una credencial sanitaria digital.

En las próximas semanas, las principales aerolíneas, incluyendo United, JetBlue y Lufthansa, planean introducir una aplicación de pasaporte sanitario, llamada CommonPass, que tiene como objetivo verificar los resultados de las pruebas del virus de los pasajeros y, pronto, de las vacunas. La aplicación emitirá códigos de confirmación que les permitirán a los pasajeros abordar determinados vuelos internacionales. Es solo el comienzo de un impulso para las credenciales digitales de la COVID-19 que en breve podrían ser adoptadas por los empleadores, las escuelas, los campamentos de verano y lugares de entretenimiento.

“Es probable que esta sea una necesidad de la nueva normalidad a la que tendremos que hacer frente para controlar y contener esta pandemia”, afirmó Brad Perkins, director médico de la Commons Project Foundation, una organización sin fines de lucro de Ginebra que desarrolló la aplicación CommonPass.

La llegada de las credenciales electrónicas de vacunación podría tener un profundo efecto en los esfuerzos para controlar el coronavirus y restaurar la economía. Podrían impulsar a más empleadores y universidades a reabrir sus puertas. También podrían dar tranquilidad a algunos consumidores, dicen los desarrolladores, ya que crearían una manera sencilla para que los cines, los cruceros y los estadios deportivos solo admitan a aquellos con vacunaciones documentadas contra el coronavirus.

No obstante, los pases digitales también plantean el espectro de una sociedad dividida entre los que tienen el pase sanitario y los que no lo tienen; en particular, si los locales comienzan a exigir las aplicaciones para poder ingresar. Las aplicaciones podrían dificultar que las personas con acceso limitado a las vacunas o a las herramientas de verificación en línea trabajen o visiten destinos populares. Los expertos en libertades civiles también advierten que la tecnología podría crear un sistema invasivo de control social, similar a la vigilancia intensificada que China adoptó durante la pandemia; solo que, en lugar de los gobiernos federales o estatales, actores privados como empleadores y los restaurantes determinarían quién puede y quién no puede acceder a los servicios.

“De manera histórica, la protección de la salud pública se ha utilizado como un instrumento de discriminación”, afirmó Michele Goodwin, profesora de Derecho que dirige el Centro de Biotecnología y Política de Salud Global de la Universidad de California, en Irvine. “Esa es la verdadera preocupación: el potencial para usar estas aplicaciones como instrumentos para mantener a ciertas personas alejadas y excluidas”.

La profesora agregó que los desarrolladores de tecnología a menudo se apresuran a desplegar y escalar las innovaciones antes de que los gobiernos tengan la oportunidad de evaluarlas y regularlas.

Por ejemplo, en Estados Unidos, el gobierno federal planea dar tarjetas de registro personal a las personas que reciben vacunas contra el coronavirus para recordarles quién fue su proveedor médico, el fabricante de la vacuna, el número de lote y la fecha de inoculación. No obstante, las agencias federales de salud aún no han publicado lineamientos sobre las credenciales de vacunación digital de terceros, lo que deja abierta la posibilidad de que las empresas y las organizaciones sin fines de lucro introduzcan aplicaciones para el pase sanitario de la COVID-19. Ni el Departamento de Salud y Servicios Humanos ni los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades respondieron a las solicitudes de comentarios.

Las empresas de tecnología y sin fines de lucro que desarrollan aplicaciones del pase sanitario para la COVID-19 afirman que su objetivo es crear credenciales tan confiables como la tarjeta amarilla en papel de la OMS. Y sostienen que las aplicaciones para teléfonos inteligentes (que la gente puede utilizar para recuperar los resultados de sus pruebas de virus e inmunizaciones directamente de sus proveedores de salud) son más confiables que los documentos de salud en papel, que pueden falsificarse.

“Para reactivar la economía, para salvar a ciertas industrias, creo que se necesita una solución como esta”, comentó Eric Piscini, vicepresidente de IBM, quien supervisó el desarrollo de la nueva aplicación del pasaporte sanitario de la empresa. Hace poco, IBM completó una prueba piloto de la aplicación, llamada Digital Health Pass, con un empleador, dijo, y está en negociaciones con un importante estadio deportivo. Sin estas aplicaciones “la gente limitará su participación en los viajes y el entretenimiento debido a la falta de confianza”, dijo Piscini.

Clear, una empresa de seguridad que utiliza tecnología biométrica para confirmar la identidad de las personas en los aeropuertos y en otros lugares, ya está operando una aplicación COVID. La aplicación, que se llama Health Pass, fue adoptada por algunos equipos deportivos profesionales y aseguradoras, que los empleados pueden usarla para confirmar los resultados de sus pruebas de coronavirus. La compañía afirmó que, una vez que las vacunas estén disponibles, la aplicación también podrá comprobar las inmunizaciones de los usuarios.

Pero ningún pase sanitario COVID-19 ha recibido tanta fanfarria como la aplicación CommonPass, desarrollada por el Commons Project, una organización no lucrativa centrada en la tecnología de construcción para uso público. El grupo comenzó a desarrollar software para ayudar a la gente a recuperar y utilizar sus datos médicos mucho antes del comienzo de la pandemia. Pero los picos en los casos de virus en todo el mundo esta primavera aceleraron su trabajo.

Primero, el grupo ayudó a construir una aplicación de pase sanitario para algunas naciones de África Oriental que tiene como objetivo verificar a los conductores con resultados negativos en las pruebas de coronavirus, lo que les permite recoger los embarques de alimentos en los puertos y entregarlos a través de las fronteras a los países sin litoral. Unos meses más tarde, el grupo se asoció con el Foro Económico Mundial para construir un sistema de pase digital sanitario más global para la COVID-19. Su primer objetivo: los viajes aéreos internacionales.

La aplicación resultante, CommonPass, notifica a los usuarios las normas locales de viaje (como tener que presentar una prueba de virus negativa) y luego tiene como objetivo verificar que hayan cumplido esas normas, lo que les permitirá abordar vuelos internacionales. En octubre, United Airlines probó la aplicación en un vuelo desde el aeropuerto de Heathrow en Londres al aeropuerto internacional Newark Liberty en Nueva Jersey.

Peter Vlitas, ejecutivo de Internova Travel Group, una empresa de servicios de viajes con sede en Manhattan, se inscribió en el vuelo de United. Dijo que primero descargó la aplicación, que le informó que antes de viajar tenía que salir negativo en la prueba de coronavirus. Luego, la aplicación lo dirigió a un centro de pruebas rápidas en el aeropuerto. Poco después de hacer la prueba, la aplicación mostró los resultados negativos y generó un código de confirmación.

United y otras cuatro aerolíneas planean comenzar a usar la aplicación CommonPass en las próximas semanas en algunos vuelos internacionales. Se les puede pedir a los pasajeros que muestren sus códigos de confirmación en los mostradores de registro de las aerolíneas o en las puertas de salida.

Perkins comentó que Commons Project diseñó el sistema de credencialización de la aplicación para que funcionara con una amplia audiencia. Si los viajeros internacionales que carecen de teléfonos inteligentes necesitan confirmar su estado de salud, dijo, podrían imprimir sus códigos de confirmación y mostrarlos en un aeropuerto de la misma manera que lo harían con el pase de abordar en papel.

Sin embargo, el gran salto hacia las credenciales digitales sanitarias del siglo XXI a partir de los certificados de vacunación en papel del siglo XIX representa mucho más que un cambio tecnológico. Algunos expertos en libertades civiles dicen que las aplicaciones de pasaportes de vacunas señalan una preocupante privatización de las prácticas de salud pública y advierten que la tecnología conlleva riesgos para la privacidad.

“La parte corporativa de la misma, la medida en que esto se va a privatizar es bastante nueva”, mencionó Michael Willrich, profesor de Historia de la Universidad de Brandeis y autor de “Pox: An American History”, un libro sobre el control de la salud durante las epidemias de viruela del siglo XX. “Plantea preocupaciones sobre la privacidad, sobre el derecho a estar libre de la vigilancia diaria”.

Los desarrolladores de aplicaciones dijeron que habían considerado seriamente los riesgos para la privacidad y diseñaron sus sistemas para ayudar a mitigarlos.

Aun así, algunos ejecutivos tecnológicos son cautelosos. Zac Cohen, director de operaciones de Trulioo, una compañía de verificación de identidad, señaló que la sociedad estaría mejor si los desarrolladores de aplicaciones invirtieran su considerable energía en impulsar la distribución equitativa de las vacunas contra el coronavirus antes de presionar para que las aplicaciones confirmen que algunas personas están vacunadas.

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